logo caiman
caiman.de archivo


España: El Día de las Reinas del Cielo - Domingo de Ramos en Sevilla (página 2)

La Sagrada Cena camina por las calles
16.00 A la misma hora, en la Calle Sol una gran multitud de público está esperando delante de la fachada del Ex-Convento de Los Terceros, edificada en estilo del Barroco hispanoamericano.


Nazareno de
La Sagrada Cena
Finalmente, la puerta se abre y Nazarenos de la hermandad "La Sagrada Cena" salen desde la penumbra de su iglesia a la luz deslumbrante de la tarde. Es una de las cofradías más antiguas de Sevilla, fundada en 1580, y la única del Domingo de Ramos que incluso lleva tres Pasos por las calles de Sevilla.

El primero es uno de los más grandes, y seguramente el más pesado de Sevilla. Su peso, unos tres toneladas, lo tiene que aguantar un número récord de 54 Costaleros. Como por encanto, el inmenso escenario de La Sagrada Cena parece salir ahora por sí solo de la iglesia. Al principio, sólo se ve un farol dorado, luego aparecen, uno tras otro, los 12 apóstoles y al final Cristo, vestido de blancura, como mensajero de la luz eterna.

Ningún Paso en Sevilla lleva más esculturas que esta Sagrada Cena que Jesús celebra con sus 12 discípulos. Constituye un conjunto excepcional de arte neo-barroco, creado por los dos mayores escultores sevillanos del Siglo XX, los que mediante sus numerosas obras sacras para los Pasos de las cofradías inauguraron el "Siglo de Plata" de la Semana Santa, un notable y sorprendente Renacimiento artístico del Siglo de Oro barroco.

Los apóstoles fueron tallados por el maestro Luis Ortega Bru en los años 70 y el Cristo es obra de Sebastián Santos (1955). También desde arriba contemplada, desde algún balcón, La Sagrada Cena parece viva y auténtica, incluso hay pan recién salido del horno en la mesa. Sólo falta el vino - es que sería derramado a causa de los movimientos y levantás, por ello los protagonistas de la Cena tienen que contentarse con pan.

El Paso "más poblado" de Sevilla: La Sagrada Cena

El Paso se para cerca de nosotros, pero lamentablemente sólo un minuto. Muy poco tiempo para contemplar los rostros de las 13 esculturas. Especialmente impresionantes: el rostro glorioso de Cristo y la bella cara de San Juan, así como el aspecto infame del traidor Judás. Cuando va desapariciendo este colosal escenario, sale ya la segunda escena del drama de la iglesia. Sin música, rodeado de silencio, vemos en un alto y austero Paso, en medio de una colina de lirios morados, a un Cristo que está meditando en la soledad del Huerto de Getsemaní. Este Cristo de la Humildad y Paciencia es una obra anónima del Siglo XVII.


Cristo de la humildad en
la Iglesia de los Terceros
Nos manda una mirada pensativa, la cabeza apoyada en la mano derecha, con aire triste y melancólico por haber sido abandonado de sus discípulos. Llama la atención el gran contraste entre esta escena íntima, silenciosa, y la monumental de la Cena.

Pronto llega el tercer Paso: bajo un Palio azul, elegantemente bordado, aparece una Virgen de Gabriel Astorga (1829), lleva quizás el nombre más extraño de todas las Dolorosas de Sevilla: La Virgen del Subterráneo. Nadie puede explicar realmente este nombre enigmático, posiblemente su antecesora fue encontrada en una cueva. Corre la voz de que esta Virgen será declarada Patrona del Metro de Sevilla que ahora empiezan a construir, pero serán rumores...

Las Sombras de la Guerra Civil
17.00. Estamos en la Plaza de Pumarejo en pleno corazón del barrio de la Macarena. La luz del sol ya está dorándose lentamente cerca de la muralla almohade, cuando los Nazarenos de túnicas blancas y antifaces celestes de la Hermandad de La Hiniesta se abren paso por la muchedumbre. Esta cofradía era la primera que en el Siglo XVII vistió los típicos capirotes para garantizar la anonimidad de los penitentes. Pertenece a las más antiguas de la ciudad, fundada en el Siglo XV. No sabemos la fecha exacta, ya que sus archivos fueron destruídos por un incendio. Actualmente, La Hiniesta es una de las hermandades más populares, habiendo conseguido doblar el número de sus hermanos durante los últimos 15 años, y ahora, 1600 Nazarenos forman el cortejo procesional. Sin embargo, La Hiniesta también pasó por épocas muy difíciles. En el Siglo XIX, se extinguió por un par de años. Y durante los años 30 del Siglo XX, en vísperas de la Guerra Civil española, experimentó dramáticos acontecimientos que oscurecen sus crónicas. En el año 1932 hubo un incendio intencionado en su Iglesia de San Julián, probablemente causado por un grupo de anarquistas, y se quemaron todas las esculturas de la hermandad, también la antigua Virgen de La Hiniesta, preciosa imagen tallada por el gran maestro Martínez Montañés a principios del Siglo XVII.


Magdalena mira a su
Cristo de la Buena Muerte
Hoy sólo la podemos admirar en fotos antiguas de blanco y negro. Sólo cuatro años más tarde, la Iglesia fue incendiada de nuevo, y otra vez se quemaron las nuevas imágenes titulares de La Hiniesta. Finalmente, en el año 1938, la cofradía encargó al ilustre escultor Antonio Castillo Lastrucci la creación de las logradas obras que hoy vemos en la calle.

Aunque es Domingo de Ramos, el primer Paso ya lleva un Crucificado muerto - el Cristo de la Buena Muerte, y delante dél, en una colina de claveles rojos se encuentra la bellísima Magdalena, de rodillas contemplando a su Salvador sacrificado. Esta escena sobrecogedora ya anuncia, como sombra amenazadora, que pronto traición y muerte seguirán después de la Entrada triunfal a Jerusalén.

En el momento cuando se para el Paso, en el balcón de enfrente, un Cantaor entona una Saeta. Lo fascinante de ese rezo flamenco es que a pesar de su forma estricta y por muy teatral que sea a veces la gesticulación del cantaor, si está bien cantada, la Saeta siempre es una auténtica explosión de sentimientos, expresados con entrega apasionada y hondura mística - y eso causa los escalofríos y hace gritar Olé al público.

Después de que hayan disminuído los aplausos, Jesús y Magdalena siguen su camino. Vuelve el vocerío de los espectadores, hasta que de repente se pueda escuchar un chicheo que pide silencio.

En la esquina de enfrente aparece la Virgen de la Hiniesta, acercándose rápidamente al ritmo de una marcha alegre. Desde los balcones están nevando pétalos de rosas y claveles al Palio, mientras que el sol se refleja en la bella cara de la Virgen.

Cantaor de Saetas

Naturalmente, también podemos disfrutar de unas Saetas dedicadas a La Hiniesta, antes de que el manto largo de azul y plata lentamente desaparezca en la calleja Relator y los espectadores empiecen a dispersarse para descansar un poco y recobrar fuerzas para la noche.


Virgen de la Hiniesta bajo Palio azul
Después de una Siesta retrasada y una Cena no tan sagrada pero opulenta, salimos para ver las cuatro últimas procesiones que llegan a oscuras a la catedral y entran en sus iglesias después de la medianoche. Como siempre, de noche la Semana Santa revela plenamente su encanto mágico y todos los detalles nos parecen más misteriosos.

para imprimir

página 3     



buscar

powered by google


guia/archivo

© caiman.de - imprint - disclaimer - data protection pa´rriba