[art_2] Venezuela: Delta del Catatumbo

El Delta del Río Catatumbo que brota en Colombia desemboca en el Lago de Maracaibo, la bahía más grande de toda Sudamérica. Las orillas del lago están cubiertas de mangles que encuentran para fijarse en el barroso suelo con su sistema de raíces, ramas y ramitas. De esa manera se forma una numerosa cantidad de brazos del Río de Catatumbo. Aparte de delfines, araguatos (monos aulladores) y unos caimanes aislados, el mundo de los pájaros se presenta aquí de su lado más multicolor: loros, aras, tucanes, diferentes tipos de aves acuáticas como las ibis y las garzas, y nobles como el águila pescadora.

[zoom]
[zoom]

A parte del bosque de mangles hay por lo menos dos razones valiosas para hacer un viaje al Delta del Catatumbo y al Lago de Maracaibo:

1. Los rayos del Catatumbo: Los rayos son descargas atmosféricas en forma de relámpagos directamente sobre la superficie acuática, sin que exista ni un toque de un señal de una tormenta. Este fenómeno se puede observar todo el año aunque de vez en cuando desaparece por unos días. Los guajiros que viven en el noroeste del lago se explican los rayos como sigue:

[zoom]
[zoom]

Leyenda del sombrero del sol
Al principio de los tiempos vivían en lo profundo de la tierra los amigos Ka´í, el sol, y Kashi, la luna. Un día cansados de jugar en las cuevas subterráneas decidieron examinar la superficie. Kashí, al llegar al aire libre, propuso hacer una competencia: Quien crearía más y más rápidamente ganaría. A Ka´i le gustó la propuesta y la aceptó.

Cuando llegaron a la superficie reinaba una profunda oscuridad, causada por unas nubes enormes. Inmediatamente Ka´i empezó con la competencia, rasgando las tinieblas con su enorme capacidad de brillar. De un momento a otro, la arena estaba penetrada por el sol. Y allí mismo colocó una mujer con su bebé. Su amigo Kashí colocó una cabra y su choto (cabrito). La madre casi no podría soportar la arena quemada, y su niño lloró vehemente. A las cabras, al contrario, la tierra calurosa no les afectó nada. Y así Kashí por su manera de actuar cuidadosamente pudo ganar a Ka´i. Éste no pudo soportar ni ésa ni las siguientes derrotas. Al sentir creciendo una rabia dentro de sí, amenazó con jaleo y sabotaje.

Kashí llamó al agua y después de hacer llover crecieron al instante todas las plantas comestibles los que uno puede imaginar. Así ni hombre ni animal tenían que sufrir hambre. Pero Ka´i destruyó todo, quemando la tierra con sus rayos fuertes de luz. El intento de Kashí de impedir la radiación mediante unas nubes grandes falló porque Ka´i fácilmente intensificó la radiación y penetró la capa de nubes.

Ahora Kashí estaba preocupada por las dos últimas victorias de Ka´i y al pensar en sus oportunidades de ganar aún encontró a Keerralie, el fuego fatuo. Después de haber escuchado toda la historia de los acontecimientos dijo a Kashí: “Ka´i es demasiado poderoso. Limpiamente nunca le vas a vencer.”
“¿Pero qué puedo hacer?”, preguntó Kashí.
“Todo el poder de Ka´i está en su sombrero. Te lo busco.”
Entonces Keerralie se acercó a Ka´i mientras que estaba durmiendo y le robó el sombrero del sol.

Cuando Ka´i se despertó, no lo podía creer. En el firmamento vió a Kashí despidiendo una luz plateada. De repente corrió hacia Kashí gritando: ¡Dame mi sombrero, malandrín!”

Al ver su amigo acercándose, Kashí también empezó a correr y entonces corrían y corrían uno detrás del otro hora por hora, día por día hasta Ka´i propuso a Kashí terminar con la competencia. Este estaba de acuerdo y así decidieron que a partir de este momento Ka´i llevaría el sombrero luminoso durante el día cuando Kashí dormiría y Kashi se lo pondría en la noche mientras que Ka´i dormiría.

Desde el mismo día, el sol y la luna brillan en alternación hacia la tierra, pero Keerralie se sintió indispuesta, porque había robado el sombrero al poderoso Ka´i. Por eso se escondía en los barrizales de mangles en las orillas del Lago de Maracaibo y sólo protegido por la noche cuando Ka´i estaba durmiendo y el rayo de la tenue luz llegaba a la tierra dejó la maleza para asustar a la gente en su aparición como fuego fatuo en forma de descargas atmosféricas encima de la superficie del agua...

[zoom]
[zoom]

[zoom]
[zoom]

2. Los palafítos: Algunos habitantes del lago construyeron sus casas sobre palos encima del agua. El país de Venezuela recibió su nombre de esa manera de construcción. El nombre de Venezuela le dio el conquistador italiano Amerigo Vespucci quien descubrió por el encargo de la corona española entre los años 1501 y 1503 las regiones costeras de Venezuela y Brasil. (A causa de esos descubrimientos y de la sonoridad armónica del nombre Amerigo el cartógrafo alemán Waldseemüller nombró a partir del año 1507 en sus mapas a todo el continente "América".)

Hoy día hay la posibilidad de pernoctar en pueblos de los palafítos. Es celestial cuando la brisa suave sopla la hamaca desde la cual se pueda ver “los rayos del Catatumbo”.

[zoom]
[zoom]

Texto + Fotos: Dirk Klaiber