[art_2] España: Está cumplido: El Sábado Santo en Sevilla

La luz rojiza del sol poniente se derrama desde la otra orilla del Guadalquivir por las calles alrededor del Museo, hiriendo la vista de peatones y conductores. Una motocicleta con matrícula inglesa, viniendo de la Plaza del Duque, corre a toda velocidad, intentando pasar antes de que se corte el tráfico por la calle. El motociclista de aspecto Rooney lleva una camiseta del Fútbol Club de Tottenham Hotspurs. Quiere tomar a la derecha - de repente un chirriar desgarrador y ya se ve caer con su moto al asfalto. La causa del accidente no ha sido el sol que hiere la vista, sino simplemente la cera.

Según estadísticas publicadas en el "Diario de Sevilla", durante la Semana Santa y las dos semanas posteriores, la cera derramada por unas 60 procesiones constituye una de las causas principales de accidentes de tráfico en Sevilla, especialmente cuando haya sido ablandada por el calor del sol.

Cada año, según el Diario, el Ayuntamiento de Sevilla tiene que emplear unos 25 días de trabajo y un importe considerable de dinero para quitar la cera de las calles.

La Virgen de La Soledad de Los Servitas [zoom]

Poco antes de las 7 de la tarde en la Calle Alfonso XII. Entretanto, la calle está cortada para dar prioridad al pase de cofradías, porque el Sábado Santo es el último día de las procesiones. Ya se acerca la cruz de guía de la Hermandad del Santo Entierro, seguida por una doble fila de Nazarenos. Tienen aspecto siniestro con sus túnicas y antifaces totalmente de negro. Y el primer Paso de esta hermandad no se presenta menos siniestro: muestra un esqueleto con una guadaña que está sentado debajo de la cruz vacía. Desde la cruz está colgando un sudario de color negro que lleva la inscripción "Mors mortem superavit": "La Muerte ha vencido a la Muerte." Esa alegoría de la muerte y del triunfo de la cruz de la salvación fue reconstruído a principios del Siglo XIX según un modelo barroco del XVII. La Hermandad del Santo Entierro fue fundada en 1570 por un grupo de genoveses que habían encontrado una nueva patria en Sevilla, la metrópoli del comercio mundial en aquella época. Es una cofradía aristocrática, desde el último de los habsburgos, Carlos II., todos los Reyes de España han sido Hermanos Mayores (aunque sin ejercer el cargo en funciones).

Apoyándonos en las rejas de una ventana, esperamos el segundo Paso, llamado de la urna. Los rayos del sol poniente hacen brillar ese Paso espectacular, recientemente dorado. Pero en este caso, todo ese brillo de oro está desviando demasiadamente la atención de la gran obra de arte presentada en ese escenario sagrado: del Cristo Yacente (1620) de Juan de Mesa, quien fue el único discípulo de Martínez Montañés que alcanzó casi el mismo grado de genialidad que su maestro. Sin duda, la procesión del Santo Entierro muestra grandes obras de arte y pasos suntuosos, pero nos falta un poco el típico ambiente sevillano, es una cofradía que parece más castellana que andaluza.

Poco después de las 10 de la noche en la Plaza de Santa Isabel. Hemos conquistado sitio entre la fuente y la portada lateral de la Iglesia del Convento de Santa Isabel. Una gran muchedumbre ha ocupado la plaza, que desde un par de minutos está en tinieblas. Han apagado todas las farolas, sólo la luz pálida de la luna llena ilumina la plaza, las sombras de las iglesias y los espectadores con su luz fantasmagórica. Escuchamos primero un chicheo que pide silencio por las filas del público, luego sonidos de oboes entre los naranjos, de repente se abren las filas y aparece con un fulgor plateado la cruz de guía de la procesión de Los Servitas, acercándose lentamente. Fundada ya como hermandad en 1696, se convirtió en cofradía de penitencia en 1971 y desde entonces organiza una procesión cada Sábado Santo. Vestidos de negro riguroso, los Nazarenos de los Servitas desfilan por la plaza.

Poco después de la cruz de guía llevan una estandarte que muestra el escudo patético de esa hermandad: un corazón rojo traspasado por siete puñales dorados.

Escudo de la hermandad Los Servitas

Los Nazarenos caminan dando una vuelta por toda la plaza, antes de que se desvanezcan en su capilla al lado de San Marcos. Con unos 300 Nazarenos, se trata de una de las procesiones más pequeñas de la Semana Santa sevillana. Ya se anuncia el primer Paso por los sonidos de una marcha fúnebre. De repente, se abre detrás nuestra el portal de la Iglesia del Convento de Santa Isabel. Es la única vez en el año que ese templo casi olvidado y seriamente amenazado por grietas abre sus puertas al público, normalmente está cerrado y escondido de las miradas del mundo.

Pero ahora, por momentos podemos mirar el fulgor dorado que escapa por las puertas abiertas, llegando a la plaza que todavía está a oscuras. La Iglesia de Santa Isabel en su más puro estilo renacentista es uno de esos tesoros ocultos de Sevilla, los que a veces ni siquiera los sevillanos han llegado a descubrir. Nos asomamos por la puerta para contemplar el interior. Allí se encuentra el magnífico Retablo Mayor diseñado por Juan de Mesa. Entre los retablos laterales dorados descubrimos otra obra de Juan de Mesa que atrae todas las miradas: el "Cristo de las Misericordias" (1622). Muchos espectadores comentan que ese Cristo magistral y expresivo debería ser llevado en un Paso por las calles en vez de caer en olvido encerrado en un Convento de Clausura.

En este momento, todos deben salir del templo, ya que el primer Paso de los Servitas acaba de llegar. Los costaleros lo colocan directamente delante del portal abierto de la iglesia.

La Piedad de Los Servitas

Entre las esculturas de las esquinas que son excepcionalmente bellas se eleva una colina de rosas rojas coronada por el grupo escultórico de La Piedad creada en 1730 por el escultor Montes de Oca.

Figura de la esquina del Paso de la Piedad de Los Servitas [zoom]

Desde la cruz está colgando el sudario blanco, luciendo a la luz de la luna, como si quisiera alumbrar la noche de luto de la Madre que tiene en sus brazos el cuerpo muerto de su hijo traicionado y asesinado. Ahora levantan el Paso y lo llevan al ritmo de la majestuosa marcha "Soleá dame la mano" por toda la plaza hasta llegar a su capilla donde entrará. Unos diez minutos más tarde aparece el Palio de la Virgen de las Soledad entre los árboles en el otro lado de la plaza y como una barca de luces se acreca por el oscuro mar de cuerpos humanos.

Entre todas las Dolorosas menos conocidas de la Semana Santa de Sevilla, ésa es quizás la más guapa. Iluminada por la pirámide de cirios, mira con los ojos llenos de lágrimas a su pueblo.

La Virgen de La Soledad de Los Servitas [zoom]


Es una obra de Antonio Castillo Lastrucci, uno de los más destacados escultores españoles del Siglo XX. Cuando su Paso se levanta, las puertas del Convento olvidado de Santa Isabel se cierran de nuevo para un año.

A la medianoche en la Calle Cardenal Spínola. Están pasando unos 800 Nazarenos vestidos de túnicas blancas y antifaces de color negro. Los cirios que llevan ya han perdido mucha cera, aumentando la capa de cera en las calles. Sus portadores pertenecen a la Hermandad más antigua del Sábado Santo: la "Soledad de San Lorenzo" fue fundada ya en 1549. Este año celebra el 450. Aniversario de la aprobación de sus primeras reglas, redactadas en 1557. Durante los siglos pasados, esa cofradía fue una de las más aristocráticas, porque hasta el Siglo XIX sólo hombres de la nobleza podían hacerse hermanos de La Soledad. Y desde siglos, el Paso de esa Virgen fue el último en pasar por la Catedral. Se trata probablemente de la Dolorosa más antigua de Sevilla, creada entre 1580 y 1590 por un escultor desconocido.

Ya se acerca un reflejo de luces al final de la calle e ilumina las tinieblas de esa noche de luto. Iluminado por candelabros de guardabrisas dorados, el Paso se mueve como si fuera empujado por una gigantesca mano invisible. Es la única procesión del día que va en silencio absoluto, sin música, para subrayar la soledad y desolación de la Madre de Jesús debajo de la cruz vacía.

No está San Juan, ni tampoco la Magdalena para acompañarla a la Soledad San Lorenzo - esa Virgen tiene que soportar la intensidad del dolor y de la desesperación quedándose sola.

La Soledad de San Lorenzo en su Paso

Rodeada de un mar de luces está allí vestida de manto negro de luto y con la mirada perdida en las tinieblas, dejando atrás la cruz vacía con el sudario blanco movido por una brisa nocturna.

Una ola de fervor va por el público, cuando entra en la Plaza de San Lorenzo. Pero no tenemos tiempo para acompañarla hasta el final, porque todavía nos falta una procesión - la más larga del día. Cuando ya nos despedimos, empieza a sonar un cante de Saeta desde un balcón al lado del Paso: "Soledad de San Lorenzo....broche de oro que cierra la Semana Santa..." (El texto de la Saeta a la Soledad lo citamos según la web de la Hermandad.) Un hombre muy moreno, gesticulando apasionadamente, acompaña con su llanto a la Dolorosa más sola de Sevilla durante los últimos metros de su camino de retorno a su templo ...

A la una de la noche al final de la Calle Sol. Escuchamos trompetas y tambores y una doble fila de Nazarenos está invadiendo la calle - también vestidos de blanco y negro.

Paso del Sagrado Decreto de La Trinidad [zoom]

Ésas dos últimas procesiones que vemos parecen simbolizar por sus colores los cambios a veces abruptos de los sentimientos durante toda la Semana Santa: silencio vestido de negro y luto solemne de un lado, y luminosa celebración de la primavera al otro lado.

Para nosotros, ésa es la última procesión de este año. La Hermandad de La Trinidad se fundó en 1555 por un grupo de hortelanos.

Ya vemos el primer Paso acercándose - junto a la Alegoría de la Muerte del Santo Entierro constituye el único Paso alegórico de la Semana Santa de Sevilla. "Sagrado Decreto" es el nombre algo metafísico para el escena sagrada representada aquí.

Paso del Sagrado Decreto de La Trinidad [zoom]

Se presenta este Paso con una estética espectacular, pero a la vez resulta difícil a comprender su sentido en los breves minutos que está pasando. Se trata de un escenario muy barroco con diez figuras de tamaño diferente y de una teatralidad pomposa que nos recuerda a los Autos Sacramentales del gran Calderón.

Aparte de las tres esculturas representando la Trinidad (Dios-Padre, Jesús como Salvador y el Espíritu Santo como paloma en un trono de ángeles) aparecen los cuatro padres de la Iglesia (San Agustín, San Ambrosio, San Gregorio y San Jerónimo), las figuras alegóricas de La Fe, La Iglesia y la Sinagoga, el Arcángel Miguel con el dragón vencido y el Ángel que simboliza el Amor divino.

Figura alegorica de La Fe (Paso del Sagrado Decreto) 

Es casi imposible ver todos los detalles en los momentos que pasa ese Auto Sacramental escultórico. La luna llena, que estaba cubierta por nubes durante media hora, vuelve a brillar e inunda toda la calle, iluminando las sombras de los Nazarenos con una luz tan irreal que parece de otro mundo. Ahora una sombra gigantesca de la cruz pasa temblando por una fachada blanca.

El segundo Paso de La Trinidad, siguiendo a su sombra, nos muestra el momento del descendimiento del muerto "Cristo de las Cinco Llagas" de la cruz.

Ese nuevo Cristo de la hermandad es una escultura impresionante de Álvarez Duarte, que desde 2002 forma parte de esa procesión del Sábado Santo.

Paso del Descendimiento de la Trinidad [zoom]

Se detiene a nuestro lado. En el Paso la Virgen María, la Magdalena y San Juan dirigen sus miradas hacia arriba, donde Nicodemo empieza a bajar el cuerpo muerto de Cristo de la cruz. Los brazos abiertos del Salvador delante la luna y nubes desgarradas por el viento, el sudario blanco movido por ráfagas de viento.

En silencio, el público está contemplando la sombra de la cruz que ahora empieza de nuevo a moverse al ritmo de una marcha melancólica. Por momentos vemos las altas escaleras arrimadas contra la cruz - escaleras que llevan al Cielo...

Paso del Descendimiento de la Trinidad [zoom]

Ya se escucha júbilo al final de la calle. Acompañado por una gran muchedumbre, el último Paso de la Trinidad, el Palio verde bordado en oro de la Virgen de la Esperanza, se abre camino por el río de almas humanas. El ritmo de los tambores se está acelerando, la música parece más alegre, los costaleros debajo del Paso reúnen sus últimas fuerzas y hacen bailar la bella Virgen de Juan de Astorga (1820). Una ola de aplausos y fervor se derrama por la calle. La noche de luto del Sábado Santo ha terminado, hemos entrado en la Noche de Pascua y esa Virgen que lleva el nombre de Esperanza, trae el mensaje de renacimiento a su pueblo. El resplandor de su manto de verde y oro ilumina la noche ya horas antes de la salida del sol. El verdor de la naturaleza renaciente ha vencido a la oscuridad del invierno, pétalos de rosa están cayendo, el retorno de vida y alegría después de la Noche de Gólgota. Está cumplido.

Texto + Fotos: Berthold Volberg

Enlaces:
El Caiman recomienda fervorosamente las siguientes webs relacionadas con la Semana Santa de Sevilla:
[realhermandadservita.org]
[hermandaddelatrinidad.org]
[santoentierro.org]
[hermandaddelasoledad.org]
[artesacro.org/conocersevilla/]
[lapasion.org/portada.php]
[hermandades-de-Sevilla.org]
[sevillainformacion.org/hermandades/penitencia/]
[galeon.com/juliodominguez/2004b/comu.html]
[saetacope.com]
[arrakis.es/~nautylus/]
[costalero.com]

y las webs de las Cofradías del Lunes Santo:
[hermandaddesangonzalo.org]
[hermandaddelaredencion.org]
[santagenoveva.com]
[hermandaddesantamarta.org/]
[veracruzsevilla.org]
[hermandaddelaspenas.org]
[aguas.tk]
[hermandaddelmuseo.org]

Artículos en caiman:
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