Cuando apenas Cristobal Colón en el año de 1492 pisó el Nuevo Mundo los primeros barcos bajo bandera pirata cruzaban también el Atlántico. En los siguientes 250 años serán ellos, no solo molestos enemigos sino también impresindibles cómplices de la política colonial de los Imperios del Viejo Mundo.
Hasta en el momento de la conquista de América se mecía la vida de los piratas del este europeo de manera desorganizada y sin ninguna verdadera personalidad dirigente: Los dias de gloria eran ya historia. El norte, contando con Groenlandia (guarida de piratas salvajes) es cristianizado y liberado. Solo se mueven sobre las aguas de uno y otro lado del Canal de la Mancha contados e intrépidos principiantes. Pocos, si comparamos con la ya antigua época grandiosa bajo participación Vikinga.
Pero de repente comienzan los piratas a vivir un Renacimiento que hará, que los siguientes doscientos cincuenta años, una gran cantidad de nombres de capitanes piratas pasen a la historia. El primero digno de mencionar es un tal Jean Fleury quien en los años 20 del siglo XVI ya asaltaba las barcas españolas.
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Su mayor trofeo lo ancanzó contra el conquistador de México, Hernán Cortez, cuando estos facilitaron a Fleury el tesoro azteca que estaba destinado a agrandar las arcas de los reyes españoles legalizando con ello asi mismo la, en ese momento también, empresas piraterezcas de Cortéz.
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La Política Colonial española estaba de tal manera perturbada que se vió obligada por primera vez a tomar medidas de protección. Se decide la navegación en flota: desde ahora navegaban dos flotas comerciales por año bajo la protección de la Armada, la flota de guerra del Nuevo Mundo. Es decir, después de cargar, se encontraban para así volver juntos de regreso. Pero con ello los Capitanes Piratas no se muestran sorprendidos. Cambian sus táctica apareciéndose por las aguas de ciudades caribeñas o de otros nuevos campos. Así en 1555 ocupa Francois le Clerc la Havana, el corazón del comercio español en ultramar.
John Hawkins sumerge en intranquilidad durante decénios todo el área del caribe. Francis Drake atravieza temerario el Estrecho de Magallanes tocando con ello el punto más desprotegido de los españoles, la costa pacífica americana. En 1587 saquea las Islas de Cabo Verde, Santo Domingo y Cartagena de Indias.
Piratas como Hawkins y Drake no son del todo tomados en su lugar de origen como criminales. Después de los primeros buenos resultados contra el “enemigo eterno”, los españoles, logran estos entrar y salir del palacio real de Elizabeth I ayudandola así con su perdída situación financiera. Estos hechos eran respaldados por las llamadas Cartas de Captura.
La situacion económica española se hace transparente
En 1628 logra Piet Hein el más grande botín contra la corona española. Delante de Cuba vence y asalta a toda la flota española cargada de plata que se encontraba en su regreso anual hacia europa.
El tamaño del Botín de Piet Heins, quien estaba patrocinado por la Compañia Holandesa de las Indias Occidentales (WIC), sumerge no solo a la Holanda protestante en tensión. Primeramente fué una gran alegria obtener los 15 millones de Florines logrados habíendo proporcionado al gran emenigo, los españoles, asi mismo una sentida derrota. Poco después se comprobaría que solo el 5% del cargamento habrían corrido a las manos de “verdaderos” comerciantes españoles.
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El 95% de la plata estaba destinada para el resto de europa. De ello la mayor cantidad pertenecía curiosamente a la WIC lo que finalmente no significó ningún beneficio para los promotores protestantes holandeses. Al mismo tiempo, toda europa, se da cuenta de la desolada situación econónica en la que se encontraba España. Hasta ese momento se creía que las colonias en ultramar proporcionaban a la Madre Patria increíbles riquezas.
Piratería y Colonialisno
Walter Raleigh es el primer pirata con visiones colonizadoras. El promueve una participación británica en las poseciones españolas de ultramar a travéz de la ocupación de tierras como puntos de apoyo para las flotas pues sospecha la existencia de grandes reservas de oro en la región de Guayanas que desde allí mismo serían fáciles de explorar.
En contraposión con el catolisismo español, Raleigh procura que los habitantes del Nuevo Mundo se conviertan a una pacifista y tolerante Religión. Seguidamente, se procura ganar a los aborígenes como amigos para después enviarlos a la lucha contra el enemigo universal. Hasta que en un siguiente paso se los pueda explotar. Pero todas las intenciones de Raleighs de asentarse en ultramar, fracazan. En el año de 1618 acontece la ejecución de Jakob I sucesor de Elisabeths I. Este nuevo Rey estaba empeñado en una política amistosa con España y cree establecer un ejemplo a travéz de la imposición de ejecuciones.
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La idea de Walter Raleigh de tomar poseción de tierras se profundiza cada vez más en la cabeza de las potencias sobre todo en Francia, Inglaterra y Holanda. Así comienzan ellas a acentuarse, primeramente sobre las Antillas Menores y a partir de la segunda mitad del sigloXVII sobre las Antillas Mayores. Para la lucha contra los españoles, como propietarios legales, los invasores procuran ganar, bajo todo tipo de promesas (resocialización, títulos...), piratas con experiencia en cartas de captura y conocedores de los lugares.
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Sobre todo los piratas acentados en el Caribe, quienes conocían técnicas de guerras que los españoles ignoraban, son los más buscados para hacer camino a los nuevos Imperios Coloniales en ultramar.
Caída de la piretería caribeña
Con el establecimiento definitivo en el caribe de los franceses, ingleses y holadenses se pone un ultimatum a la existencia de los piratas que en las lejanías desatendían todo tipo de leyes y administración.
Cómplices de Costa, bucanieros, filibusteros, piratas y todas aquellas comunidades vivientes, multiculturales, enraizadas bajo distintos colores de piel (grupos compuestos por piratas, emigrados de Europa, sobrevivientes, esclavos negros huidos, indios...) serán victimas de los paises que antes habían de acentuarse sobre plantaciones en tierra firme y bajo una vida reglamentaria y con sistema administrativo. Claro está que estos se sentirían allí perdidos, quedandoles finalmente solo esto: Cientos de barcos bajo bandera pirata huyen desfilando desde el área del Caribe en dirección a Magadascar.
Texto: Dirk Klaiber
Traduccion: Juan Carlos Castro Diaz
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