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El Salvador: El Clan y su amor por el pavo
La ultima navidad de los chompipes

Para los López de El Salvador una buena comilona de pavo es parte de la fiesta del amor. Los polluelos son escogidos desde principios del año en el mercado. Los pichones cuestan alrededor de 15-25 colones lo cual es muy economico comparado con los pavos adultos los cuales se venden por libra (465 gr), la cual tiene un precio de más o menos 8-10 colones.

Los pequeñitos son examinados horas y horas por la familia López – tienen que verse voraces - y ser mansos (que tan voraces y mansos es secreto familiar). Finalmente seis son adquiridos por el precio de cuatro y llevados a la finca familiar.

Manuelito, el fatigado capataz, que pasa el una importante parte de su vida en la hamaca, sera responsable los siguientes 8 meses por el bienestar de los chompipes.

Los animalitos necesitan por lo menos cuatro abundantes tiempos de comida al día y bastante movimiento deportivo para mantenerse sanos, fuertes y ofertar carne jugosa y suave. Alrededor del 21 de diciembre, son levados a la ciudad adonde la familia Lopez. Tradicionalmente ya solo viven dos a tres de los seis animales.


El astuto Manuelito siempre tiene buenas excusas para explicar la situación: "Ay, fijese que se los llevo el zonto", "Les hicieron mal de ojo y se murieron" o "Ultimamente he victo caimanes rondando la finca....". pero esto no representa ningún problema ya que estas perdidas son calculadas desde el principio por el Clan-Lopez y Manuelito y su numerosa familia también merecen un rico asado navideño.

Aquí es donde entra en acción Maria, la muchacha de la casa y parte de la familia Lopez, ella se hace cargo de los chompipes y lo primero es darles una buena bañada y cepillada porque hay que despiojarlos. A partir de este momento los jolotes deciden su propio destino, es decir si se les tuerce el pescuezo el primer dia o hasta el tercero. Si, los pavos que se encuentran amarrados cerca de la cocina rechazan la abundante alimentación (Maria se encuentra siempre de nuevo ante la situación de un chompipe sensible que no soporta el cambio de localidad) hay que torcerle el pescuezo de manera emergente ya que sino puede perder peso y con ello preciosa carne, hmhm.

Pero si se comportan de manera aceptable, mejor dicho se hartan lo que se les da, son consentidos por Maria con abundantes exquisiteses culinarias destinadas a engordarlos y a mejorar su sabor y además Miguelangelo el peludo aguacatero les brinda todo su amor el cual expresa lamiendolos por horas, lo cual por supuesto es parte de la diversión familiar. Los pollos con carácter alborotan la paz familiar con sus peculiares ruidos hasta su inevitable fin, los otros tratan de manera diplomático y mas silenciosa de escaparle, siempre sin éxito y además son el hazme reir del Clan.

Llega la mañana de la Noche Buena, todos los miembros de la familia y un huésped europeo se reunen para desayunar, a dos metros de distancia del "asado festivo". Este parece haberese adaptado a la vida cotidiana y comparte con Miguelangelo. Dos tamales mas tarde aparece Maria con un gran pichel de contenido claro en las manos y ahuyenta a Miguelangelo ante protestas de la cocina, les abre el pico a los chompipes y les introduce el liquido. Al asombrado europeo se le explica que el liquido es tequila este ano, el ano pasado fue guaro barato. En menos de cinco minutos ninguno de los jolotes se puede mantener de pie y se desploman Maria, sin hacer mayor allarde ni provocar reacción alguna les tuerce el cuello (hay que hacerlo de manera experta para evitar hematomas). Acto seguido el europeo se retira de manera exsaltada de la escena, ya que esta acostumbrado a obtener su comida de el congelador y la dosis de realidad le resulta grotesca, ni la información de que el tequila les garantiza una muerte relajada (gourmets saben a lo que me refiero) a los animales parece brindale alivio alguno.

Maria comienza con el verdadero trabajo: cortarles la cabeza, colgarlos de las patas para que se desangren, bañarlos con agua hirviendo para poder desplumarlos mejor, inyectarles vino y meterlos en una olla con mas vino par darles el sabor y ablandarlos. Despues de unas cinco horas son rellenados con manzanas, ciruelas, pasas segun el gusto de cliente. La salsa es preparada con variados condimentos que se reunen en el famoso "relajo" que contiene de todo y se puede comprar listo y muchos tomates, ajos, cebollas y el toque de la niña Maria. Todo se mete en la chompipes (una olla especial para preparar chompipes) y se coce a fuego lento alrededor de cuatro horas para finalmente ser devorado. Muy codiciadas son las "meriendas" el corazón, el higado, la molleja, que de manera misteriosa desaparecen ano tras ano de la olla aunque todos juran no haberlas visto nunca y que no han comido todo el día para disfrutar el manjar con su debida ceremonia navideña, el europeo es tachado por supuesto de la lista de los sospechosos. Y así inicia una nueva comilona de fin de ano, la ultima navidad de los chompipes.

Texto: Camila Uzquiano
Fotos: Marcus Behnke
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