Temprano por la mañana, partimos de Sevilla y ahora nos encontramos en un autobús demasiado climatizado y hay que ponerse jersey para no tener frío. Estamos entrando en el corazón de la Extremadura, una región de soledades arcádicas y una de las zonas menos pobladas de Europa (sólo 24 habitantes por kilómetro cuadrado). Hace una hora que dejamos atrás la Sierra Morena y ahora, el bello paisaje extremeño está dominado por un mar de encinares que llegan en suaves olas hasta los horizontes. Por las recientes lluvias, los prados están muy verdes y abunda la hiniesta con sus bonitas flores amarillas.
De repente, vemos un inmenso cartel de publicidad al lado de la carretera. A la primera vista, parece mostrar un sol saliente, pero no es otra cosa que - ¡un queso! No un queso cualquiera, sino posiblemente se trata del queso más famoso y uno de los más caros de la Extremadura y con un contenido de grasa que provocará mala conciencia y una semana de ejercicios. Es la Torta del Casar, la que nos perseguirá durante todo el viaje por la Extremadura como una promesa de amarillo dorado hasta que caigamos en la tentación.
Pero de momento, la llegada a Cáceres nos hace pensar más en monumentos que en delicias y calorías. Las primeras impresiones de la capital de la provincia del mismo nombre son algo decepcionantes, ya que nos prometieron el San Gimignano español y al principio sólo vemos bloques nuevos. |
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Pero, como pasa tan frecuentemente en España, hay que conquistar la ciudad monumental, pasando antes por un cinturón de hormigón. Finalmente, vemos docenas de torres de piedra oscura y llegamos a la Plaza Mayor. En el lado sur de la plaza se encuentran las antiguas murallas, muy llamativa la Torre bastionada de Bujaco, un baluarte construído por los almoravides, muy similar a los torrejones de las murallas de Marrakech o Fes. Por el Arco de la Estrella, una obra de Churriguera de 1726, entramos Intramuros.
Mientras que la Plaza Mayor de caracteriza por edificios barrocos y renacentistas, ahora nos adentramos en un mundo medieval. La mayoría de los oscuros palacios y torreones data de los siglos XIV y XV y la atmósfera que se respira en estas callejas laberínticas y estrechas que sólo ofrecen un cachito de cielo a la mirada, es algo lúgubre, pero muy fascinante. Cáceres ofrece bastidores ideales para rodar películas históricas o de capa y espada y de hecho aquí se rodó una parte de 1492, la película sobre la vida de Colón de Ridley Scott.
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En la Extremadura, la Tierra de los Conquistadores, encontramos a cada paso nombres y símbolos relacionados con el descubrimiento y la conquista de América.
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En este momento vemos a la derecha el Palacio de los Moctezuma, una mansißon bastante grande construída en el Siglo XVI por un mestizo, hijo de un soldado que acompañó a Cortés en la conquista de México y de una princesa azteca.
Resulta difícil destacar un palacio o monumento excepcional de Cáceres, porque esta ciudad monumental y declarada Patrimonio Universal de la Humanidad por la UNESCO constituye un conjunto arquitectónico tan homogéneo y en perfecta armonía. Si a pesar de ello tuviera que nombrar un lugar favorito en el casco antiguo, sería la Plazuela de San Jorge con la escalera y la fachada barroca e imponente de la Iglesia San Francisco Javier con sus dos torres. Enfrente del recomendable Museo de Cáceres se encuentra la Casa de las Cigüeñas. Pero las cigüeñas no sólo construyen sus nidos encima de este edificio, sino han conquistado todo el casco antiguo, aquí hay tantas cigüeñas como en otras ciudades gorriones. En cada torre, en casi cada techo hay un nido de cigüeñas, que puede pesar más de 60 kilos. En ciertos momentos, sólo el crotoreo de las cigüeñas y toques de las campanas rompen el silencio que reina Intramuros. Tanto los turistas como los habitantes contemplan durante horas o minutos los vuelos de las cigüeñas, fascinados por su elegancia. Dentro de sus murallas, Cáceres parece a veces algo demasiado tranquilo y un museo medieval. Pero, afortunadamente, los numerosos estudiantes van descubriendo el casco antiguo y lo llenan de vida y música. La Plaza Mayor es el vivo y auténtico centro de la ciudad y es recomendable volver aquí después de haber visitado la zona monumental. Todos los restaurantes y cafés del lado enfrente de las murallas ofrecen típicas especialidades extremeñas, nosotros eligimos cordero lechal asado y cabrito, antes de seguir el camino a Trujillo, dejando la tentación de la Torta del Casar para otra ocasión.
De nuevo vamos por el mar antiguo de encinares hacia el este y pronto aparece la colina con el castillo imponente de Trujillo. Si la zona monumental de Cáceres ya es un baluarte silencioso de la Edad Media, Trujillo parecerá aún más lejos del mundo y tiempo actual. Caminando hacia la Plaza Mayor, pasamos por una calle dominada por un inmenso palacio sin ventanas y en un estado muy ruinoso, destinado al pronto desmoronamiento.
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Contrariamente a Cáceres, que a pesar de su arquitectura de museo parece viva por la presencia de numerosos estudiantes, Trujillo se nos presenta como una isla recóndita, algo aislada del mundo contemporáneo. Lejos de los nudos de comunicaciones, aquí el promedio de edad de los apenas 10.000 habitantes es más elevado que en Cáceres. La villa de Trujillo tiene un encanto muy especial y vive ensimismada en su pasado glorioso. No hay que olvidar que desde esta pequeña ciudad extremeña descubrieron (o mejor dicho: conquistaron) grandes partes del Nuevo Mundo para Europa, ya que docenas de los conquistadores más exitosos (y más criminales) vinieron de Trujillo: p.ej. Francisco de Orellana, el audaz descubridor del Amazonas que nunca tuvo escrúpulos.
Fue el primer europeo quien durante los años 1541/42 exploró el río más grande del mundo (casi) 6.000 kilómetros desde la fuente hasta la desembocadura y más bien contra su voluntad, ya que los ríos que él buscaba (y apenas encontraba) no eran de agua sino de oro. Sin duda, a pesar de involuntaria, su expedición por la jungla totalmente desconocida era hazañosa. Pero hay que tener en cuenta también que miles de indios de los andes, obligados a llevar equipaje y víveres de los españoles, murieron a causa de esa aventura, sea por maltratos o sea por el clima húmedo de la selva. De su segunda expedición por la región del Amazonas en el año 1546, el mismo Orellana, enloquecido por su sed de oro, ya no retornó y las circunstancias de su muerte quedarán para siempre envueltas en el misterio del infierno verde de la selva.
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Aún más famoso (y a la vez menos digno de fama) resulta otro hijo de Trujillo y toda su parentela. El porquero Francisco Pizarro (1475 1541) no hizo caso de su nombre del Santo de Asís. Nacido ilegítimo, su padre nunca le reconoció plenamente y no le dejó vivir en su casa. Pizarro ya tenía 56 años, cuando empezó a conquistar el imperio incaico en el año 1531 y entonces ya no tuvo nada que perder.
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Desenfrenado, robó todo lo que estuvo a su alcance durante la conquista del Tahuantinsuyu. Con tan sólo 200 mercenarios pero contando con la ventaja de tener caballos y armas de fuego, llegó a Cajamarca y se enfrentó a los Incas. Consiguió capturar a Atahualpa, usurpador del trono imperial, y recibió como precio de rescate lo que había pedido: preciosas piezas de orfebrería, tantas que llenaron la sala de estar de Atahualpa hasta el techo. Pero a pesar de ello hizo matar Atahualpa de la manera más deshonrosa para un emperador: por el garrote. Las artísticas obras de oro, de valor incalculable si hubieran llegado a nuestros días, el bárbaro Pizarro las hizo fundir para obtener lingotes de oro fáciles a transportar.
Tal vez era la justicia del destino que la mayoría de los miembros de la estirpe de los Pizarro no pudiera alegrarse durante mucho tiempo de la riqueza robada y muriera de muerte violenta. Francisco Pizarro fue asesinado en 1541 en la Ciudad de los Reyes (Lima) por seguidores de su rival Almagro, su hermano Gonzalo fue ejecutado por orden del emperador Carlos V. en Cuzco, sólo Hernando Pizarro logró volver tranquilamente a Trujillo con su esposa una princesa incaica. Aquí hizo construir el Palacio del Marqués de la Conquista con su espectacular decoración plateresca y 12 figuras de incas que simbolizan los 12 meses del año. Sigue siendo este palacio el edificio más emblemático en la Plaza Mayor. Enfrente, al lado de la Iglesia de San Martín, se encuentra la marcial estatua de Francisco Pizarro, dominando la plaza (me he negado a fotografiarla). Cuando sobre las 8 de la tarde subimos la escalera al lado del monumento, nos están entrando ganas de cenar, pero decidimos aprovechar la magnífica luz azulada del crepúsculo, ideal para visitar la colina del Castillo.
Primeramente, llegamos al monumento más bello de Trujillo: la iglesia principal Santa María la Mayor es una joya casi escondida. De fuera, el edificio románico-gótico parece un baluarte de Dios, más castillo que iglesia, en su interior guarda una sorpresa: uno de los retablos más preciosos de España. De estilo gótico muy tardío, sirve de marco para 25 pinturas magníficas del maestro Fernando Gallego (Siglo XV). A la izquierda del retablo mayor se puede descubrir otro tesoro de la iglesia: cuadros de los Santos Juanes (Bautista y Evangelista) del místico pintor renacentista Luis de Morales (1500 1586), llamado El Divino y junto con el gran Zurbarán el artista extremeño más importante. |
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Ese maestro genial del Siglo XVI es casi desconocido en el resto de Europa, porque pasó toda su vida en la Extremadura.
Cuando salimos de la iglesia, fuera ya es de noche. Caminando por callejas casi oscuras, nos acercamos al último lugar del recorrido: al Castillo de Trujillo cuya parte más antigua la constituye la Alcazaba de la época almohade. El Castillo está situado en el punto más alto de la ciudad y desde aquí podemos contemplar las luces de la Plaza Mayor. Mirando al otro lado, las miradas se pierden en los encinares y a la luz de la luna llena sus sombras silenciosas tienen un color casi morado. Un paisaje de tan pacífica soledad, casi irreal, en este rincón del remoto oeste de Europa. Pero al enamorarse de Trujillo, no hay que olvidar que durante el invierno, el silencio y la soledad de esta Arcadia podrán causar profunda melancolía.
Sólo la luz de la luna nos alumbra el camino cuando bajamos de nuevo a la Plaza Mayor. Las ganas de una cena opulenta están disipando ya las sombras de la melancolía evocadas por las reflexiones allí arriba delante del castillo. A pesar de mis protestas por su nombre, entramos en el restaurante Pizarro. Una buena idea (a pesar del nombre), porque la cocina es muy recomendable y ofrece una buena mezcla de platos típicos e innovadores (como la sopa de tomate con uvas e higos).
Y al final sale el sol en nuestros platos: aparece el mejor queso de la Extremadura: la Torta del Casar pone el cremoso punto final del día.
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foto: "senderos de extremadura"
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Enlaces:
www.alextur.net
Una página web muy interesante que ofrece información rica y muy completa y una lista de todos los alojamientos en la Extremadura, de hoteles y hostales hasta casas e vacaciones, especialmente recomendable para la región del Parque Natural de Monfragüe, además ofrece todas las ediciones de la revista turística Senderos de Extremadura online desde 1999 y tarjetas postales virtuales de la Extremadura.
www.turismoextremadura.com
Magnífica Web con bonita música e informacon amplia también en alemán e inglés sobre alojamientos en la Extremadura, especialmente casas de campo que se alquilan. Además, hay un guía de Museos, recomendaciones de rutas de viaje, un certamen fotográfico y un Buscador.
www.culturaextremadura.com
Ofrece informaciones y enlaces acerca de todos los Museos de la Extremadura y recomienda fiestas regionales y eventos culturales como conciertos, exposiciones etc.
Recomendaciones:
Cultura y Monumentos:
Cáceres:
Museo de Cáceres
Plaza de las Veletas 1, 10003 Cáceres
Tel. : (0034)-927-247234
Fax : (0034)-927-247277
E-mail : museocaceres@ctv.es
El Museo Provincial ocupa dos edificios : el Palacio « Casa de las Veletas » alberga una colección arqueológica y colecciones de artesanía regional e históricos objetos de la agricultura. En el sótano sorprende un aljibe árabe con arcos de herradura.
En la Casa de los Caballos se encuentra la sección de Bellas Artes: ein el sótano hay cuadros y esculturas de la Edad Media hasta el Romanticismo (destaca un Jesús Salvador » del genial Greco), en la planta baja se puede contemplar arte del Siglo XX, en la primera planta arte contemporáneo y de vanguardia (hay obras de Miró y Picasso).
Abierto Martes - Sábado 9.00 14.30 horas y 17.00 19.15 horas, Domingo 10.15 14.30 horas ; Entrada libre para ciudadanos de la Unión Europea; se permite fotografiar sin flash.
Trujillo:
Iglesia Santa María la Mayor
Abierto sólo por las misas y algo antes y después, ca. 11.00 13.00 y 18.00 20.00 horas
Casa Museo de Pizarro
C. Mártires, entre Santa María la Mayor y el Castillo
Es la casa más antigua de la estirpe de los Pizarro, construída por el padre de los tres hijos famosos y temidos. En su interior hay un pequeño e interesante Museo de la Conquista
Abierto Martes - Domingo de 11.00 14.00 y 17.00 19.00 horas
El Chíviri:
Fiesta popular y espectacular que tiene lugar cada domingo de resurección en Trujillo.
Oficina de Turismo
Plaza Mayor
Tel.: (0034)-927-322677
Especialidades y Restaurantes:
Cáceres:
Todos los Restaurantes de la Plaza Mayor que se encuentran enfrente de las murallas son recomendables.
Trujillo:
Pizarro (Plaza Mayor N° 13) Tel. (0034)-927-320255
Oferta auténtica de especialidades típicas de la Extremadura (Cordero de mucha variedad de preparación, Quesos, Postres caseros).
La Troya (Plaza Mayor N°8 12), Tel. (0034)-927-321364
Restaurante grande con una pared de fotos, en la que se pueden ver numerosos artistas que lo han visitado. Aquí es recomendable pedir el Menú del Día, abundante y mucho más barato que pedir à la Carte.
La Feria Nacional del Queso
Tiene lugar el primer fin de semana de mayo en la Plaza Mayor de Trujillo statt, fechaq interesante para todos los aficionados del queso.
Especialidades de la Extremadura en general:
Numerosas Especialidades de Queso como la Torta del Casar, Queso de Ibores o Queso de La Serena,
1 Kilo Torta del Casar cuesta entre 18 y 25 Euro
Jamón de Pata Negra comentario supérfluo, simplemente magnífico
Licor de Cereza, especialidad del Valle de Jerte, tiene un sabor más natural y algo menos dulce que otros licores de cereza, la botella de 0,75 l cuesta entre 7 y 9 Euro
Licor de Bellota, de momento muy de moda en bares y discotecas y para cócteles en toda España, también cuesta entre 7 y 9 Euro
Vino tinto
Durante los últimos años, la Extremadura ha obtenido también fama como región vinícola. En el sur, alrededor de Almendralejo hay Bodegas que están creando unos tintos magníficos y de una relación calidad/precio excelente, casi increíble. Recomendamos sobre todo estos tres:
Monasterio de Tentudia (Gran) Reserva es el vino estrella de la Extremadura, ofrece un sinfin de aromas y puede competir sin problemas con un buen Rioja, costando sólo la mitad: entre 8 12 Euro (depende del año de la cosecha)
Palacio de Monsalud Crianza od. Reserva en su etiqueta bonitamente decorada con angelitos nos cuenta una historia fascinante. Casi iguala al Monasterio de Tentudia, costando aún menos: ca. 6 8 Euro
Lar de Barros Reserva también recomendable, 6 8 Euro
Alojamiento:
Trujillo:
Hostal Julio (Plaza del Campillo N° 13), Tel. (0034)-927-321963
Céntrico, sólo 3 Minutos a pie hasta la Plaza Mayor, habitación doble con ducha y desayuno: 40 Euro
Texto + Fotos: Berthold Volberg
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