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caiman.de mayo/2001
amor

La Sombra demoníaca del Ángel

Reflexiones
De difusas luces
Bailan por el jardín nocturno
Delante de mis ojos
Remotos recuerdos
De chispas que eran llamas floridas
En algún estío pasado
Otra chispa en otra mirada
Otra infinidad apagada
Mi mirada cada vez más ciega
A tientas
Avanzo dando pasos atrás
De nuevo me miran tus ojos
Y detrás de algún árbol
Tu alevosa máscara se esconde
De nuevo quieres llevarme –
¿Veo tu sombra o no quiero verla?



Con tus pasos crepusculares te acercas
Con mis pasos crepusculares te voy buscando

Ahora estoy pisando un prado seco
En busca del rocío
Como antaño
En otras noches de imborrable ardor
Cuando sonaban los tambores debajo de la tierra...

Casi puedo oír aquel ritmo –
Vuelve la fiebre vuelve
Cuando el aire se encienda
Por una sola mirada
Vuelve la fiebre vuelve
Cuando tu luz carmesí me inunda...

Me voy acercando
Ya no eres ningún extraño
Tan cerca, desde muy lejos
Entre nuestros ojos el abismo
Se abre, se cierra, se abre
Desde muy lejos, desde la otra orilla del silencio
Tu sonrisa no promete nada
Pero despierta en mi pecho tambores alados
En mi pecho una avalancha carmesí
-El único color memorable-
Me impulsa hacia tí –
Y los tambores suenan debajo de la tierra...

Aún no quiero dormir...
Tú iluminaste la escalera
De mis sueños más profundos
Por la que me guiaste
Subí sin mirar abajo
Siguiendo la luz de tus sonrisas
Desde la tierra mirando hacia arriba
Tus alas parecían nubes de luz iluminadas
Mas desde arriba contempladas
De repente veo su funesta sombra
Volar a ras de tierra



Y abajo apagas la luz en los escalones...
Atrás queda olvido cíclicamente repetido
Borrados recuerdos
Abrazos fugaces en oscuro silencio
Besos sin rostros en muda oscuridad
Diminutas eternidades rebeldes
Que concluyeron con aquel temblor extático
Seguido por una ceguedad sin memoria.

Pero déjame en mis manos el olor de tu piel
Por momentos...
Quisiera retornar
Vuelve la fiebre vuelve
Cuando el aire se encienda
Por una sola mirada
En una noche de imborrable ardor
Cuando los tambores suenen debajo de la tierra...


¿Lo puedes oír?
El toque del Tambor todopoderoso
Óyelo, el ritmo del sueño eterno...
Yo le seguí, como tantos otros atraído
Si no me dejas volver
Me queda ese recuerdo
De un Deseo.


pa`rriba
texto: ana conda


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