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Peru: Muyu Muyu y el reloj de sol de los Quechua

En el camino desde Cuzco hacia Ayacucho en la Sierra Central yace – después de 20 horas de bus – la ruina Sóndor, cerca de la laguna de Pacucha.

Sóndor es un buen ejemplo de las dificultades contra las que tiene que luchar la arqueología cuando trata con una cultura sin testimonio escrito. Peor todavía cuando los únicos testigos de la época que dejaron algo escrito vienen de otra cultura y no sienten la necesitad de relatar lo visto objetivamente. Sóndor yace en un punto distinguido que permite una vista de cerca de 20km en diámetro. La ruina principal consiste en los restos de unas casas, una plaza pavimentada y la pirámide Muyu Muyu.

Nadie duda que aquí habitaron los Chanka, una unión de pueblos, similar a la de los Wari. Los Chanka eran un pueblo agro-guerrero y seguramente no es atrevido afirmar que fueron ellos la razón para la gran expansión del reino de los Inka.

Se sostiene que su líder Uskuvilca unió los pueblos en una gran confederación y fijó como capital el cercano Andahuaylas. Después de aproximadamente cien años empezaron a extenderse hacia el este. Los primeros en caer fueron los pacíficos Quechua. Si los Chanka adoptaron su idioma ya en este momento, permanece desconocido. Se cree firmemente, sin embargo, que tanto los Chanka como los Inka adoptaron el idioma de los Quechua. La razón no es la similitud en el nombre, como podría pensarse, ya que los Inka llama[ba]n a su idioma runa simi (el idioma de los humanos). El termino ‘Quechua’ sólo se empezó a utilizar con los españoles.

Debido a la expansión, los reinos, humildes entonces, de los Chanka y de los Inka se hicieron vecinos. Este hecho resultó finalmente en una guerra y casi en la derrota de los Inka: El rey (Inka) Viracocha era un estratega débil y no supo oponerse a los guerreros salvajes de los Chanca. Éstos tomaron Cuzco, destruyeron Sacsayhumán y se apoderaron de las vírgenes del sol. Bien mirado eso debió de ser el final de la historia de los Inka. Pero la supuesta victoria volvió desatentos a los Chanka. Así que el tercer hijo de Viracocha, él que después se llamaría Pachacútec, pudo reunir alrededor del año 1438 un ejército que de manera milagrosa venció a los Chanka.

También es Pachacútec que en los siguientes 25 años lleva adelante la primera gran expansión inka. Sin embargo no sólo es un Alejandro Magno andino, sino también un urbanista excelente. Su hijo Tupac Yupanqui es al menos tan gran político como él y termina la obra de su padre. Cuando muere en el 1493, el reino Inka se extiende desde Quito hasta Santiago de Chile. Este reino duró solamente cuarenta años, hasta que llegó Pizarro a las costas peruanas.

Como se ve, no faltaba mucho para que Pizarro hubiera encontrado en vez de los Inka a los Chanka, con su capital en Andahuaylas. Así, no obstante, lugares tan importantes como Sóndor fueron ocupados por los Inka y utilizados para sus propios fines.

Quizás sean las barracas a la faldilla de Muyu Muyu, las que convencieron a los cronistas pensar que Sóndor era una fortaleza. Todavía hoy se escucha esta idea y sólo lentamente interpretaciones alternativas se abren el camino.

Como por ejemplo la del el ingeniero Alfredo Mendoza que sostiene que Muyu Muyu alberga una intiwatana. Intiwatanas son lugares sacros de devoción al sol. Una visita a la cumbre de la pirámide parece darle razón: una piedra enorme sin labrar yace sobre una plataforma no tan pequeña que se abre delante de la vista cuando uno alcanza sin aliento el final de la escalera sin fin. Inmediatamente uno piensa ver un altar.

Los campesinos de la zona confirman la existencia de la intiwatana en la cima de Muyu Muyu – nombre que deriva de Muyu, círculo. Tratándose de un lugar de devoción, parece poco probable la interpretación de la pirámide como fortaleza, aunque el cronista Cieza de León destaca 1532 explícitamente este fin. En el mismo relato, no obstante, también llama a Muyu Muyu “casa del sol”, la cual cosa hace vacilar la teoría de la fortaleza.

La tesis de Mendoza recibe también cierto respaldo por cronistas como Jerónimo Benzoni que hizo dibujos de los actos de devoción al sol a Muyu Muyu.

El cuerpo de la pirámide consiste en ocho grandes terrazas cuyo secreto el ingeniero Mendoza sostiene haber descubierto. Punto de partida de su argumento es la importancia del calendario para los agricultores Chanka. El momento de la siembra, dice, es crítico para el éxito de la cosecha. Para conocer mejor el momento idóneo hace falta una observación exacta de la luna y de las estrellas. Para este fin los Chanka construyeron con Muyu Muyu un reloj de sol gigante que no mide el tiempo sino la estación.

Cada 21 de junio los primeros rayos de sol iluminan a las 6h de la mañana la primera terraza del cono. Este día marca el solsticio de invierno en el hemisferio sur, es decir la noche más larga del año. En tres meses la luz del sol sube hasta el tercer y cuarto nivel del templo. Otros tres meses después la primera luz del día 22 de diciembre, el solsticio de verano, atraviesa las dos piedras o el altar del intiwatana en la plataforma superior.

Después el sol vuelve a bajar hasta llegar de nuevo el 21 de junio al nivel más bajo y marcar de esta manera el Año Nuevo andino. Según las investigaciones de Mendoza, Muyu Muyu es – aparte de ser un templo del sol – un calendario gigantesco que permitía a los Chanka predecir con sorprendente exactitud los momentos cruciales de su año, como la siembra y la cosecha.

Esta teoría contradice de manera importante la doctrina actual. No obstante los argumentos de Mendoza parecen convincentes, tiene dificultades en encontrar la prueba definitiva. Por el testimonio de una población autóctona que todavía celebra sus fiestas en los momentos así indicados, la arqueología clásica no se va a dejar convencer.

Texto + Fotos: Nil Thraby para imprimir  

Enlace:
Página web de Andahuaylas:
www.andahuaylas.net


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