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Pancho: Quesillo
A quien preguntase por un plato típico venezolano, le mencionarían seguramente el Pabellon Criollo, la Arepa o la Hallaca. ¿Pero diría alguien el quesillo? Justa ésa fué la respuesta que dí a la coordinadora del jardín de infancia donde asiste mi hija.
Yo que nunca he sido fanática de la cocina y que por lo general repito una y otra vez los mismos platillos cuando cocino para mi familia, me vi en un aprieto cuando me invitaron a participar en el Día de las Especialidades.
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Hace un par de semanas cuando llevé a mi hija al jardín de infancia, la coordinadora me preguntó en tono muy amable si tendría ganas de compartir un pedacito de mi cultura con los niños y sus representantes.
Ella me explicó que ya que hay niños de distintas nacionalidades sería una buena oportunidad para ellos, si conocieran a través de la cocina un poco de otros países.
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Para los pequeños y sus papás sería una experiencia muy agradable, dijo ella -al final de esta experiencia me dí cuenta que los más emocionados no fueron los niños sino los papás quienes no dejaron la mesa del buffet sola ni un momento.
El "Si" contundente que dí como respuesta a la pregunta de la coordinadora puso en su rostro una sonrisa de oreja a oreja -lo que a mi parecer- le dió la impresion que tenía ante ella a una experta en la cocina…Y claro, en seguida quiso saber que prepararía, fue ahí entonces cuando me quede sin habla, ni siquiera logré que me viniera a la mente el nombre de alguno de mis platillos archiconocidos en casa. Así que después de un rato de silencio, sólo pude decir que tenía que pensarlo un poco.
En casa me puse seriamente a pensar qué diablos podría preparar…descarté mis recetas caseras porque eran muy picantes, un sabor algo fuerte para los niños, "tiene que ser algo que les encante" me dije a mi misma. Así pues, me fui a la computadora y me puse toda una mañana a buscar recetas por el internet…todo lo que encontré sonaba complicado para preparar, sobre todo porque habían siempre algunos ingredientes que no tenía idea cómo obtenerlos en Alemania. Después de darle varias vueltas al asunto, opté por el postre más tradicional y conocido a todo lo largo y ancho del país…el quesillo.
El quesillo no es mas que un postre muy parecido -en apariencia- al flan, pero su sabor es algo más dulce y su color más oscuro. Creo que en todos los cumpleaños que he estado en Venezuela, no importa si era de grandes o pequeños, siempre hubo el fulano postre.
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Lamentablemente, nunca lo había preparado. Pero la receta de una amiga me sacó del paso. Una vez que el quesillo estuvo listo, me dí cuenta que era más fácil que freir un huevo. Así pues me dirigí al jardín de infancia con la "especialidad venezolana" sobre las manos, lo puse sobre la mesa donde inmediatamente recibió un cartelito con la bandera de Venezuela. Fué entonces cuando la coordinadora lo vió con una mirada desconcertante. Directamente preguntó: es..cómo lo llamas… ¿es acaso un flan? Sí, algo parecido, le respondí conteniendo la risa. Me dió hasta algo de pena pues se veía que las otras especialidades, entre ellas de la China, Turquía, Grecia e Italia y por supuesto de Alemania- habían requerido de bastante trabajo.
Mientras todos los presentes degustaban los otros platillos, el quesillo permaneció intocable durante un buen rato. De repente, una de las mamás se acercó y cortó un pedazo. Disimuladamente la miré, esperando ver algún gesto en su rostro. Y su gesto fue de acertación. Eso me alegró mucho. Me puse entonces a hablar con algunos de los niños, pero luego pasado un rato dirigí la mirada nuevamente hacia la mesa, para mi sorpresa el plato del quesillo estaba casi vacío, mientras todavía había mucha comida en la mesa. Vaya! me dije sorprendida.
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Cuando ya era hora de ir a casa, llamé a mi hija y le dije que buscáramos sus cosas. Fue en ese momento cuando dos de las asistentes del jardín de infancia me detuvieron para preguntarme como había hecho ese postre tan riquísimo. "¿Lleva algo de frutas? Pensamos que era como el flan, pero su sabor es muy distinto, por favor tiene que darnos la receta."
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Cuando intenté llevar a casa el plato donde todavía quedaba un pedacito del quesillo, vi como la mirada triste de las asistentes me hizo cambiar de planes y decirles otra cosa: "el plato lo recojo mañana". Claro, dijeron ellas sonrientes, los niños se van a alegrar mucho.
Nunca hubiese pensado que el quesillo iba a ser una de las sensaciones del Día de las Especialidades. Realmente los niños no mostraron mucho interés en él, ellos estaban bastante ocupados con sus juegos y cuando se acercaron a la mesa no fue para probar la variedad de platillos internacionales, sino para comer fricadeles y pancillos.
Ingredientes:
8 huevos
2 latas de leche condensada
1 cucharada de esencia de vainilla
½ taza de azúcar
Preparación:
Mezclar en la licuadora o con la batidora los huevos, la leche condensada y la esencia de vainilla. Cocinar el azúcar a punto de caramelo en una pequeña olla (estar pendiente de retirarla cuando el azúcar se ponga dorada). Luego se agrega la mezcla, se le tapa y se le cocina en baño maria (coción de la olla pequeña dentro de una olla grande con un poco de agua). 30 min después que el agua ha hervido en la olla grande retirar la olla pequeña. Con la ayuda de un plato, se voltea la olla pequeña de manera que el quesillo caiga sobre el. Dejarlo reposar unos 30 minutos antes de comer.
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