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Gambas al Ribeiro

Nunca olvidaré como mi buena amiga Cayetana de Sanlúcar de Barrameda me contó con una sonrisa maliciosa su experiencia divertida con una pareja de turistas alemanes de mediana edad que se quejaron de un plato abundante de Gambas en un restaurante cerca de la playa. Por sus estudios de literatura alemana y un curso académico en Colonia, Cayetana entiende y habla bastante bien alemán. Así que escuchaba como la mujer alemana con cara de muy mala leche y los nervios ya algo estropeados, decía a su marido (en alemán, claro): "¡Los españoles comen cosas muy raras! ¿¡Y estos bichos durísimos son la famosa especialidad de esta región?!"

Como esta queja llamó su atención, Cayetana empezó a observar más atentamente a los dos "guiris" – y descubrió con una mezcla entre asco y compasión que el plato puesto en la mesa para depositar los restos incomestibles de las gambas - ¡estaba aún totalmente virgen y vacío! ¡Ni una cabezita de gamba se encontraba en la blancura reluciente del plato!

Y Cayetana vió pronto confirmada su sospecha. Pues, en el momento siguiente, Señor y Señora Fußbroich (de hecho se llamaban así los pobrecitos) metieron cada uno una gamba bien gorda en su boca – ¡enterita! De ningún modo les había ocurrido la simple idea de quitar todo lo que les parecía duro y desagradable antes de comer estos mariscos. Las cabezitas con sus ojitos negros, las cáscaras y las patitas – todos los elementos incomestibles desaparecieron completamente en las bocas de estos turistas. De esta manera, el duro proceso de masticar se prolongó considerablemente y en los rostros de los Señores Fussbroich, los que estuvieron "rechinando los dientes", ya no se mostró ni un rasgo del placer de vacaciones serenas. De vez en cuando, escupieron unos trozitos de cáscara de gamba para esconderlos tímidamente en una servilleta o se atrevieron a tragar estos involuntarios sustancias de lastre con la ayuda de un trago de Manzanilla.

Después de suprimir un ataque de risa, Cayetana recordó su educación cristiana en un colegio de las Carmelitas Descalzas y se comportó como chica buena. Se acercó a la mesa de los turistas y les impartió amablemente un curso gratis de 10 minutos sobre el tema de separar las delicias de lo incomible de las gambas. Los turistas se la agradecieron con sonrisas llenas de gratitud y unas copitas de Manzanilla. Y al final los Fußbroichs conseguieron a conocer una agradable sorpresa culinaria: ¡Gambas sin cáscaras !

Aquí la receta de Cayetana: Gambas al Ribeiro con cubitos de papas fritas y aguacate con atún – y de nuevo la recomendación : las gambas hay que freírlas enteras, pero no comerlas enteras :


Los ingredientes (para 2 Personas):

Plato principal: unas cucharas de aceite de oliva, 3 dientes ajo de considerable tamaño, dependiendo del apetito y del precio: 0,25 hasta 0,5 kilo de gambas (también pueden ser congeladas), sal y pimienta, como mínimo dos vasos de vino blanco – en este caso un Ribeiro de Galicia, un limón

Plato acompañante: ca. 4 – 6 Papas grandes, aceite de oliva abundante (como mínimo un tercio de una botella de 0,7-Litros (sobrará mucho que se puede reciclar para otro plato de freidura similar), Sal, dependiendo del gusto también 1 cebolla grande y/ o 1 pimiento rojo

Entremés
: 2 Aguacates no demasiado pequeños (maduros y no duros), 1 lata de atún (mejor en aceite, ya que el otro resulta a veces estropajoso), 2 cucharas grandes de "Salsa Rosa", Sal, un poquito de pimentón y pimienta, zumo de lima

Preparación:
1. Entremés Aguacate con Atún y Salsa Rosa:
Muy fácil, muy rápido y muy delicioso: partir los 2 aguacates por la mitad, rellenar con el atún, salar y pimentary añadir según gusto pimentón y un poco de zumo de lima, al final poner la "Salsa Rosa" encima del atún (la mejor es la de Ybarra). Tiempo de preparación: 3 – 6 Minutos

2. Plato principal: Gambas al Ribeiro:
también fácil, rápido y delicioso (aunque algo caro)
Cubrir el fondo de una sartén con aceite de oliva, rasgar los dientes de ajillo y moverlos por el aceite, quitarlos cuando sean dorados. Luego poner las gambas en la sartén y sofreírlas, según tamaño y cantidad necesitarán entre 5 – 10 Minutos. Después de 3 Minutos añadir el blanco de Ribeiro, salar y pimentar, al final el que quiere puede añadir más ajillo. Para conservar el aroma del Ribeiro, se recomienda utilizar el limón sólo para las manos, sin echar zumo de limón a las gambas. Tiempo de preparación: 15 – 20 Minutos
Casi al mismo tiempo (un poco después) hay que empezar a freír las papas.

3. Plato acompañante:
¡Que viva la papa! Muchas veces, la comida sencilla resulta la mejor:
Pelar las papas y cortarlas – pero no en trozos largos, sino en cubitos bonitos (la papa frita "de diseño"), llenar una sartén honda de abundante aceite de oliva y poner calor a tope.
Importante: el aceite tiene que estar muy caliente, casi hirviente, antes de echar los cubitos de papas y no hay que llenar demasiado la sartén y poner los cubitos demasiado juntitos, ya que en este caso saldrá más bien una "Tortilla involuntaria". Un poquito antes de que las papas sean doradas (necesitarán unos 4 – 6 Minutos), se pueden añadir trozitos de cebolla o pimiento rojo (si se añaden antes, se pondrán negros). Tiempo total de preparación: 15 – 20 Minutos

Vino:
Para acompañar las Gambas al Ribeiro naturalmente sería adecuado el mismo Ribeiro Clásico (blanco) o Ribeira de Pantón (Galicia), (entre 8 bis 14 EURO). Tambie´n recomendable: un Rioja blanco seco como Marqués de Cáceres o el mejor Rosado de España (o sea: del mundo): el afrutado Rioja Marqués de Cáceres Rosado (5 – 7 EURO).

Texto + Fotos: Kai Mann
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