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caiman.de abril - 2001
nicaragua

Los tomates rojos sanguíneos de Rosalía Morales...

se llama el libro de Dietmar Schönherr sobre Nicaragua. Empezando como novela picaresca, se convierte en vista del huracán Mitch, que devastó el país en octubre de 1998, en una especie de reportaje sobre la vida cotidiana de un país centroamericano que sufre de miseria, cataclismos y violencia.

El autor, nacido en 1926 en Austria, inició su compromiso con Nicaragua durante los años 80, incentivado por Ernesto Cardenal, en ese entonces Ministro de Cultura del gobierno sandinista.


Dietmar Schönherr

"Conocí a Ernesto Cardenal en 1982 en relación con un evento en Essen acerca del golpe militar en Chile. Participaron 15.000 personas. Pude hablar con madres de detenidos y desaparecidos por teléfono y fue un acto muy importante. Ernesto me dijo tú podrías hacer algo para nosotros’. Había escuchado que yo soy conocido y así empezó." Sin embargo, pasaron años hasta que Schönherr pudiera viajar a Nicaragua en 1985 donde conoció la guerra de Las Contras.
Al principio ayudó en la construcción de un pueblo, pero tuvo que presencia como éste fue destruido por Las Contras. Después cooperó en la construcción de una empresa para máquinas agronómicas. Pero Ernesto siempre exigió un mayor compromiso cultural.

Al final, ambos compraron un edificio histórico en Granada, la tercera ciudad de Nicaragua y una de las ciudades más lindas del barróco colonial de Centroamérica. Allí se encuentra la actual Casa de los tres mundos, donde tienen lugar conciertos, recitales, representaciones de teatro, proyecciones de películas, simposios o bien, ferias del libro con huéspedes de toda Centroamérica. También hay una escuela de arte y música, así como una biblioteca pública. Schönherr logró establecer un hermanamiento entre Frankfurt (Meno) y Granada, el cual posibilitó un intercambio entre ambas orquestas juveniles, tal como giras por ambos países. "Creo que para los jóvenes era una experiencia impresionante", opina Schönherr; "más tarde se vinieron músicos nicaragüenses con muy buena formación por medio año a Alemania, donde estudiaron en el conservatorio y vivieron con familias alemanas. A su vez, un director alemán trabajó en Nicaragua con la orquesta sinfónica de allá."
Actualmente, hay esfuerzos en Granada por convertir la escuela de arte y música en una academia del arte. Granada ya había tenido una universidad, pero ésta fue cerrada por Somoza para degradar la ciudad. Hoy día, el pintor granadino Armando Morales, durante muchos años residente en París y Londres, ofrecería su nombre para la Escuela Superior Armando Morales. Sin embargo, la fundación de una universidad se presenta sumamente dificil y, hasta la fecha, imposible.

La cultura forma, aparte del pan, la alimentación más importante del pueblo según Schönherr. Especialmente en una sociedad que sufrió, como en el caso de Nicaragua, la dictadura, la revolución y la guerra, el arte es importante para darle dignidad a la vida. Los seres humanos rejuvenecen escuchando conciertos. Por esto, la asociación que apoya el trabajo desde Alemania se llama "Pan y Arte" (Dirección: Marktplatz 12, 97990 Weikersheim, Fono: 07934-280, Fax: 07934-8526, correo electrónico: info@panyarte.de).

Un buen ejemplo para la pintura popular, enseñada en la Casa de los tres mundos y de gran popularidad en Nicaragua, presenta la maqueta del nuevo libro de Schönherr, obra que el autor considera "una segunda declaración de amor a una amada áspera".
El narrador en primera persona, el europeo Chele, ciudadano de honor de Granada, es tomado preso por haberse reído cuando la vendedora Rosalía tiró un tómate al alcalde. Chele y su guardían Amado se pasan el tiempo conversando y contándose anécdotas, que acercan al lector de una forma vivaz a la reciente historia del país. Justo en medio del libro cambia el tono de la narración que se vuelve de repente mucho más seria: el huracán Mitch devasta pueblos y Amado lleva a Chele a los lugares de la catástrofe para ayudar a la gente. Este cambio no formaba parte del plan original del libro, gran parte del cual ya estaba escrito en Europa cuando empezó el huracán.
"Yo vi de cerca los estragos de la avalancha del lodo. El plan del libro era más antiguo, pero no pude ignorar esto. La realidad sencillamente me cogió desprevenido. Al final, el libro es muy serio por largos ratos y pierde aquel tono satírico."
La fuerza del texto reside en los diálogos vivaces y el compromiso del autor para con los seres humanos en Nicaragua. Schönherr presenta un libro que se lee fluídamente e involucra a lectoras y lectores sin derivar en falsos sentimentalismos.
El libro termina con una presentación de los proyectos del autor y una llamada de donación para los "Niños del Volcán". Encima del terreno inundado crece un nuevo pueblo para alrededor de 1500 personas, entre ellas 1000 niños. Se construyen 125 viviendas y un centro de salud para toda la región, además de una escuela, un jardín infantil, un centro comunal, una casa de la juventud y una casa de mujeres.

Texto + Fotos: Kathrin Bergenthal

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