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caiman.de junio 2000
primera capital americana de la cultura: mérida

MÉRIDA-T’HÓ (YUCATÁN, MÉXICO):
PAISAJE CON IDENTIDAD

Por primera vez en la historia, una ciudad de alguno de los 35 países de América ha recibido la designación anual de Capital Americana de la Cultura, iniciativa que cuenta con el apoyo y colaboración de la Organización de los Estados Americanos y pretende ser una herramienta para un mayor conocimiento y cohesión entre los pueblos de América, así como proyectar la cultura de América hacia el resto del mundo. La capitalidad cultural de Mérida estará en vigor durante todo el año 2000.

Al sobrevolar la gran planicie de la península de Yucatán, en el sudeste tropical de México y en el corazón del continente americano, desde el cielo se vislumbra un mar de selva. Es la tierra de los antiguos dioses mayas: Kin, el Sol, y Chac, la Lluvia.
Desde que se abren las puertas del avión en el aeropuerto internacional de Mérida, nos envuelve el aire caliente de estas tierras situadas entre el mar Caribe y el golfo de México, leno de olores de los condimentos y de mil flores y frutas tropicales.

Conocida como "la ciudad blanca” por el tradicional color que solía cubrir sus fachadas, Mérida es una vieja capital con una gran población autóctona y con profundas raíces culturales. Es la ciudad cosmopolita del Mayab, el mundo maya, y el punto estratégico de entrada en el continente, en la América profunda y en la América latina.
El peculiar suelo sobre el que ha crecido es carente de ríos en la superficie, pero rico en el subsuelo de mantos acuíferos que disuelven poco a poco las rocas calizas formando cavernas o grutas. A veces, en el fondo de éstas se acumula agua, con lo que se forman los cenotes, cuyo nombre proviene de la palabra maya tz’ono’ot que significa "pozo”, abiertos a la superficie o escondidos en el interior de las grutas.

Mérida es la décima ciudad más antigua de México. Su historia se remonta a tiempos prehispánicos, cuando la ciudad maya de T’ho, también conocida como la Ichcaanzihó o "tierra de los grandes sihoes”, fue fundada, hacia el año 1240, por el cacique itzá Ah-Chan-Caan.

Cuando los españoles llegaron a Yucatán, a mediados del siglo XVI, ya no había gran actividad desarrollada en esa zona, así que sólo se encontraron con los vestigios de aquella antigua ciudad maya. Un día histórico fue el 6 de enero de 1542, cuando don Francisco de Montejo y León "El Mozo” fundó en las ruinas de T’ho la nueva ciudad. Se cuenta que un soldado suyo, de nombre Francisco de Almaraz, fue quien sugirió al fundador el nombre de Mérida para la ciudad, al recordarle los vestigios romanos de la Mérida española, la antigua Emérita Augusta de la Hispania Romana.

La recién fundada ciudad fue entonces trazada "a cordel", formando líneas y ángulos rectos con sus calles, según el modelo hispano convencional,


casa de las siete muñecas

con una plaza de armas al centro rodeada por los principales edificios públicos, incluyendo la Catedral, la primera de América construida en tierra firme.

Estos edificios fueron levantados con las piedras de las ruinas de la T’ho maya, que sirvieron de material de construcción al puñado de vecinos españoles que comenzaban a habitar la ciudad y que aún se pueden ver en algunos edificios del centro histórico de la ciudad. Además, por doquier se levantaron también casas de barro y paja cubiertas con techo de palma que dieron seguramente un aspecto rural y campesino a aquella Mérida primitiva.

Independizada junto con Yucatán el 15 de septiembre de 1821, Mérida vivió una etapa de peculiar esplendor durante el llamado auge de la fibra del henequén u "oro verde” cuando, en los últimos años del siglo XIX, las antiguas haciendas originalmente azucareras, maiceras y ganaderas descubrieron el potencial del agave conocido como henequén, cuya resistencia lo convierte en materia prima ideal para producir una resistente y versátil fibra natural.

Esta explotación trajo gran riqueza y esplendor económico a Yucatán,


catedral
por lo cual durante los últimos años del siglo XIX y aún a principios del XX Mérida creció notoriamente, se "europeizó” y dejó de tener calles polvorientas y edificios descuidados para ceder el paso a mansiones lujosas, edificios religiosos y otras construcciones que todavía reflejan los tiempos de boato y gloria en los que fueron levantados.
Pasado el auge henequenero, la vida meridana volvió a su tranquilidad provinciana. Moderadamente, creció como una ciudad pequeña y pintoresca sin mayores aspiraciones de universalidad.



Encaminada hacia su medio milenio de vida y recién traspasados los umbrales del siglo XXI, Mérida continúa creciendo vigorosamente.

Si por un lado conserva su trazo y tendencia a la horizontalidad, por el otro recibe con dignidad modernas construcciones, edificios de negocios, centros de convenciones, hoteles y grandes avenidas y urbanizaciones que la convierten en una de las ciudades con mayor proyección del país en los últimos años.

Aunque tiene casi 800.000 habitantes, Mérida tiene un sorprendente crecimiento horizontal, las construcciones no suelen pasar de los dos pisos, y las casas tienen un gran patio. Gracias al hecho de que el territorio urbano es muy llano, las calles están numeradas y es fácil encontrar direcciones. Pero, en el centro histórico se conservan en muchas esquinas unas placas con dibujos y el nombre del barrio, por ejemplo "la iguana”, "el oso”, "el Sol”, "las dos caras” o "el boxeador”. El nombre de la esquina es la referencia muchas veces para la gente: el autobús sale de la equina del "venadito”, o bien uno vive cerca del "cocoyol”.

La ciudad de Mérida conserva sobre la faz urbana diferentes acentos de carácter propios de cada zona. El centro es más austero y sereno, de sabor colonial y reservado.
En los límites del centro histórico comienzan a asomar grandes avenidas, como la Avenida Colón o el Paseo de Montejo, cuyas mansiones afrancesadas de finales del siglo XIX brindan a la ciudad un carácter señorial y distinguido.


casa de montejo

Una de estas mansiones es el palacio Cantón, que alberga una completa colección de obras de arte de los antiguos mayas. En los extremos del norte, el oriente y el poniente, la ciudad se muestra como una urbe progresista digna del siglo XXI, con sus grandes hoteles majestuosos, barrios residenciales y grandes centros comerciales, cines modernos, salas de exposiciones, almacenes y el "Siglo XXI”, Centro de Convenciones recién estrenado. De camino hacia el puerto de Progreso, a unos 30 kilómetros, hay clubes hípicos, un gran campo de golf y un moderno polígono industrial.

En el Paseo de Montejo hay un monumento de reciente construcción que merece especial atención: el Monumento a la Patria, notable escultura de piedra de grandes dimensiones, obra cumbre del escultor Rómulo Rozo. La obra, que se inauguró en 1956, incluye los escudos de los estados de la República y en sus muros están representados importantes personajes de la historia de México.

En el corazón de la ciudad se encuentra la Plaza Grande o Plaza de armas y alrededor de ella se levantan cinco de los edificios meridanos más importantes: la Catedral de San Ildefonso, edificada entre 1561 y 1598, la Casa de Montejo, construida entre 1543 y 1549 por el fundador de Mérida Francisco de Montejo "El Mozo” y con una preciosa fachada,


palacio cantón

la única joya de la arquitectura civil plateresca existente en todo México, el palacio Municipal, erguido sobre los restos de la antigua T’ho y cuya fachada data de la última remodelación del año 1928, el Palacio del Gobierno de Yucatán, de evidentes líneas neoclásicas y que alberga una colección de murales realizados por el pintor yucateco Fernando Castro Pacheco, y, finalmente, el antiguo Palacio Arzobispal,


hoy museo de arte contemporáneo.

En una de las esquinas de la Plaza Grande se encuentra el Olimpo, el modernísimo Centro Cultural municipal, que ofrece diariamente exposiciones, conferencias, conciertos, obras teatrales, reuniones, hasta un planetario a punto de estrenarse...

No lejos de ahí se encuentra el antiguo edificio colonial, sede de la Universidad Autónoma de Yucatán, construido en 1711, así como el elegante y renacentista Teatro José Peón Contreras, que data de 1908 y fue rescatado del abandono en la década de los años 70 y reinaugurado en 1981.

Capital Americana de la Cultura

Casa de las Siete Muñecas, Dzibilchaltún (monumento maya)
La Casa de las Siete Muñecas, observatorio maya, recibió su nombre de las siete figurillas encontradas en su interior. El templo, construido a principios del Clásico Tardío en Dzibilchaltún, dentro del área municipal de Mérida, era utilizado para registrar el movimiento solar.

Catedral
Vista de la Catedral de Mérida, la primera catedral de las Américas construida en tierra firme y mejor ejemplo de la arquitectura religiosa yucatanense. La Catedral data de principios del siglo XVI y está ubicada en la Plaza Grande de Mérida.

Casa de Montejo - ventana
Una ventana en la casa de Francisco de Montejo, fundador de Mérida, edificada hacia 1549 y uno de los más importantes monumentos civiles de la Nueva España.

Palacio Cantón
El Palacio Cantón, una espléndida mansión de la Mérida decimonónica, atesora hoy magníficas muestras de la antigua cultura maya.

La segunda parte aparecera en 14 días.
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(Jadranka Vrsalovic)
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