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Colombia: 2600 metros más cerca de las estrellas:
Un Retrato de la Capital colombiana Santafe de Bogotá



Todo comenzó hace casi medio milenio con "doce chozas y una capilla" que mandó construir aquí el conquistador español Gonzalo Jimenez de Quesada el día 6 de agosto de 1538. Hoy se extiende en la "sábana" santafereña, a los pies de los dos montes sagrados Monserrate y Guadalupe, un océano infinito de casas y calles donde viven ya más de siete millones de habitantes.

A esta altura entre 2600 y 2800 metros, los vientos alisios dominan el clima templado de lo que aquí llaman la "tierra fría": las temperaturas oscilan entre 14 y 22 grados centígrados, raras veces superan los 23 y en noches claras de verano pueden bajar hasta casi llegar a los 0 grados.

El paisaje alrededor de la capital está marcado por pastos de vacas y montañas espectaculares que ofrecen mil matices del color verde a los ojos – desde verde gris oscuro al verde dorado. Así que se hace verdad el lema turístico de la Oficina Nacional de Turismo: "Colombia – donde verde es de mil colores". Otro lema, especialmente creado para promocionar el turismo en la capital, también es acertado, y no sólo en noches claras constituye una verdad poéticamente expresada: "Bogotá – 2600 metros más cerca de las estrellas".

Cada visita turística de Santafe de Bogotá debería comenzar lógicamente en el corazón de la ciudad vieja, al lado de la casa más antigua – una de las "doce chozas" construídas en 1538.

Enfrente se encuentra la capilla del mismo año, el edificio religioso más antiguo de Bogotá y casi siempre cerrada. Naturalmente, antes de la conquista española había aquí un pueblo de los indios Muisca llamado "Bacatá" ("2campo alto"). Los españoles llamaron su fundación "Santa Fe", según un pueblo granadino que era el lugar de nacimiento del fundador Jimenez de Quesada. Pero al final se impusó de nuevo el antiguo nombre indígena: Bacatá = Bogotá. Aparte de un par de callejas al lado del Chorro de Quevedo donde comenzamos nuestra visita, el barrio barroco de La Candelaria se planificó y construyó, como casi cada ciudad importante en América Latina, según el moderno sistema español de entonces que era de trazado ajedrezado con "manzanas" (o "cuadras") de forma cuadrada alrededor de una Plaza Mayor central. La primera de esas ciudades ajedrezadas y modelo de referencia para otras era la antigua capital de las Islas Canarias, San Cristóbal de La Laguna.

Caminando por las callejas y cuestas de La Candelaria, parece difícil creer que nos encontramos en el centro de una metrópoli de 7 Millones de habitantes. En estos rincones y plazitas tranquilas alrededor del "Chorro de Quevedo", y con vistas a las verdes montañas, Bogotá parece más bien un pueblo andaluz de la Sierra.

Incluso la arquitectura subraya esa impresión a la primera vista, ya que están dominando características del barroco andaluz como balcones de madera tallados, portales austeros y Patios, a veces ricamente adornados. Sólo los colores huyen de la blancura andaluza y expresan sentimientos tropicales, los más freceuntes son vivos matices de rojo o verde.

Partiendo de la capilla, caminamos por la Carrera 2, luego nos dirigimos a la Calle 11, pasando por la Iglesia de la Candelaria (cerrada), que dió el nombre a su barrio.

Seguimos después la Carrera 4 hasta la Iglesia del Carmen (Siglo XX), la que con su "Diseño extravagante" llama la atención dentro de su entorno barroco. Algunos también la llaman la Iglesia de Gaudí, porque sus torrecillas fantásticas y la decoración recuerdan a obras del gran arquitecto catalán.

Después de caminar hacia el norte pasando un par de manzanas, llegamos ahora al Convento (hoy Museo) de Santa Clara, uno de los puntos culminantes de nuestro paseo.

La antigua iglesia de las clarisas, edificada entre 1619 y1630, se presenta muy austera por fuera, pero el interior nos sorprende con pompa barroca: retablos dorados, cuadros de los pintores barrocos santafereños Gregorio Vázquez de Arce y Ceballos y Baltazar de Figueroa y en el techo un "cielo estrellado" de flores de laminilla de oro. Habiendo guardado unos minutos de silencio, disfrutando de la atmósfera de meditación y de la penumbra dorada de los retablos, salimos de nuevo al sol y caminamos por la bulliciosa Plaza Bolívar, corazón de Bogotá.

Esta plaza monumental está dominada por tres grandes complejos arquitectónicos: la Catedral neoclásica, terminada en 1823 y lamentablemente la mayoría de las horas cerrada, con la Capilla del Sagrario, tampoco muy acogedora para turistas, porque sólo suele abrir temprano por la mañana; el Capitolio Nacional con columnas que imitan un templo griego y la Alcaldía de Bogotá, de estilo neoclásico con claras influencias francesas. Simón Bolívar, el "Libertador de América", cuyo nombre lleva esta plaza, realizó aquí su entrada triunfal en agosto de 1819, después de su victoria en la Guerra de la Independencia contra España (ocupada por Napoleón) que duró casi 10 años. Sin duda, esa entrada en Bogotá era uno de los momentos culminantes en la vida del Comandante carismático quien fue declarado Presidente de Gran Colombia (1819 – 1830) casi hasta su muerte. Esa gran República cuya capital era Bogotá ocupó los mismos territorios que antes habían pertenecido al Virreinato español Nueva Granada: Colombia, Venezuela, Ecuador, Panamá y tierras del extremo Noroeste de Brasil.

Pero después de la muerte de Bolívar, esa gran potencia latinoamericana cayó en sus pedazos, porque Venezuela y Ecuador se independizaron. Y la nueva pequeña Colombia se volvió a llamar como en la época del virreinato español: "Nueva Granada" (o sea "Confederación Granadina") – hasta 1861. Luego se llamó simplemente "República de Colombia", la que en el año 1903 debía soportar la humillante declaración de independencia de su territorio de Panamá, artificialmente dirigida por los EE UU, después de que el gobierno colombiano se haya negado de vender los mismos territorios a EE UU a fin de realizar el futuro Canal de Panamá.

Esta gran Plaza Bolívar que tantas veces ha sido escenario de acontecimientos históricos ahora nos ofrece una impresión pacífica con los vendedores ambulantes y sus parasoles. Pero el feo edificio moderno del Palacio de la Justicia situado en el lado norte de la plaza recuerda los acontecimientos dramáticos de 1985 cuando Guerilleros lo ocuparon, tomando rehenes, y el palacio anterior fue destruído por las fuerzas armadas, así que erigieron este edificio nuevo en el mismo lugar.

Volvemos ahora a la Bogotá intacta y barroca y visitamos la Iglesia de San Ignacio de los jesuitas, situada al lado del Palacio Arzobispal. Detrás de sus blancas fachadas manieristas construídas por el arquitecto Juan Bautista Colochini en el temprano Siglo XVII nos esperan frescos y retablos dorados.

Pero para ser una iglesia de jesuitas, casi nos parece relativamente "austera". En las salas del antiguo Monasterio de los jesuitas se encuentra hoy la colección del "Museo de Arte Colonial". Como en cada ciudad importante de América Latina, también en Bogotá las tres grandes órdenes de los franciscanos, dominicanos y jesuitas no sólo se dedicaron a la misión de los indígenas y de las almas perdidas de los conquistadores, sino dominaron de manera decisiva la vida cultural y en muchos casos las universidades y la formación. Esas tres órdenes también marcaron la arquitectura de las ciudades, construyendo las iglesias más suntuosas según el principio de delectando docere e inmensos conventos que ocuparon manzanas enteras. Fundaron también universidades y colegios y ejercieron gran influencia en las ciencias y la enseñanza. De las 14 Universidades y Escuelas Mayores de Bogotá, la más antigua, la Universidad de Santo Tomás de Aquino fue fundada en 1580 de los dominicanos. Además, hay universidades de los jesuitas y de los salesianos en Bogotá. En el Palacio de San Carlos, delante del que estamos ahora, los jesuitas inauguraron en 1777 la primera biblioteca pública de América.

Enfrente se encuentra un pequeño palacio que llama nuestra atención, pero no tanto por su arquitectura: es el Restaurante del "Hotel de la Opera". Nos ofrece diferentes "mundos culinarios" en sus diferentes plantas. Planta baja: cocina internacional, Primera planta: cocina mediterránea, Segunda planta: cocina colombiana típica. Naturalmente, nos decidimos por la última opción y vamos arriba. Especialmente recomendables son las entradas variadas, la trucha y los platos de pollo, así como los vinos chilenos de la carta.

El ambiente del edificio es acogedor y bonito y las vistas son espectaculares, ya que desde la azotea se ven los techos de La Candelaria y las cúpulas y torres de San Ignacio y de la Catedral.

Después del almuerzo nos esperan todavía dos puntos culminantes en el corazón de Bogotá. Entramos en la Iglesia de San Francisco (1594), sin duda la más bella de Bogotá, aunque de fuera parezca sencilla y casi pequeña a la sombra de unos rascacielos.

Construída según la típica mezcla sevillana entre Mudéjar y Renacimiento y más tarde algo barroquizada, en el interior de esta iglesia está luciendo el brillo de oro del magnífico Retablo Mayor (1622) que forma casi un hemiciclo y ocupa todo el coro de San Francisco. Y encima podemos contemplar un Artesonado Mudéjar de estilo sevillano, como lo tienen muchos conventos en Sevilla.

También hay cuadros del pintor Zurbarán y de un pintor santafereño, Gregorio Vasquez de Arce y Ceballos (1638 – 1711), un discípulo del hijo de Murillo quien había emigrado a Bogotá. Así que el Barroco Sevillano, cuyo arte y cuya arquitectura han marcado una quinta parte del mundo, también ha dejado sus huellas aquí en Bogotá – tanto en la pintura como en la escultura y orfebrería.

Pero naturalmente, los habitantes indígenas de esta región ya dominaron magistralmente el arte de la orfebrería antes de la Conquista española. Una visita en el "Museo de Oro" lo demostrará de manera impresionante.

La colección de este museo inaugurado en 1938 en Bogotá es la más importante de orfebrería precolombina en el mundo y ofrece unos 38.000 objetos expuestos. Aquí sí todo es oro lo que brilla. Y cuando se cierran las puertas del "Salón Dorado", encerrando un grupo de visitantes en la oscuridad total por unos segundos, antes de que una muy elaborada dirección de sonidos y luces vayan a fingir el transcurso de un día con salida del sol hasta el anochecer, será una experiencia inolvidable para cado uno. En una vitrina circular, en un escenario de paisajes artificiales, se exponen miles de soles, plantas y figuras de animales de oro, los que están luciendo desde la oscuridad hasta que su brillo casi empiece a herir la vista.

En esos momentos, cada uno experimenta de modo casi tangible el poder del oro que también dominó al fundador de Bogotá, Jimenez de Quesaday le llevó a la Laguna de El Dorado en Guatavita, donde los conquistadores en el año 1560 encontraron todo un zoológico de oro: peces, monos, sapos y – nuestra redacción se alegró mucho al leerlo en las crónicas: incluso un Caiman de oro macizo.

Texto + Fotos: Berthold Volberg

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Recomendaciones y Enlaces:

Museo Convento Santa Clara:
Carrera N° 8, 8 – 91
Tel.: (0057)-1-3411009
Fax: (0051)-1-3376762
E-mail: santa_clara@mincultura.gob.co
Horario: martes a viernes: 9.00 – 17.00 horas, Saábado + Domingo.: 10.00 – 16.00 horas
Entrada: 2.000 Pesos ( 0,76 €)

Iglesia de San Ignacio:
Calle 10, N° 6 – 35
Tel.: (0057)-1-3421639
Horario: lunes a viernes 9.00 – 12.00 y 15.00 – 17.00; sábado y Domingo/festivo: 9.00 – 12.00 horas

Museo de Arte Colonial:
Carrera 8, N° 7 – 21
Tel.: (0057)-1-3421266
Horario: martes a viernes: 8.30 – 17.30 horas ; sábado: 9.00 – 13.00 y 14.00 – 17.00 horas; domingos y festivos cerrado !

Catedral:
Plaza Bolívar; Horario: lunes a sábado: 9.00 – 10.00 (Misa), domingo.: 9.00 – 14.00 horas

Iglesia de San Francisco:
Carrera 7 esq. Avenida Jimenez de Quesada
Tel. : (0057)-1-3412357
Horario: lunes a viernes : 7.00 – 19.30 horas; sábado + domingo y festivos : 7.00 – 13.30 y 17.15 – 19.30 horas

Museo de Oro:
Calle 16, N° 5 – 41
Tel.: (0057)-1-3431111 oder 3432222
www.banrep.gov.co
Horario: martes a sábado: 9.00 – 16.30 horas; domingo 10.00 – 16.00 horas; festivos cerrado!
Entrada: 3.000 Pesos (1,13 €)

Restaurantes:
Casa Vieja:
Hay tres, recomendamos la de la Zona Rosa, porque también abre de noche:
Carrera 11, N° 89 – 06
Tel.: (0057)-1-2363421
Horario: 12.00 – 24.00
Bonito y típico ambiente colombiano con música colombiana en vivo
Platos grandes, postres deliciosos, vino chileno (Undurraga)
Menú a partir de 25 €

Hotel de la Opera:
Calle 10 (del Coliseo), N° 5 – 72
Tel.: (0057)-1-3362066
Fax: (0057)-1-2812494
E-mail: sales@hotelopera.com.co
www.hotelopera.com.co
Recomendable en "El Mirador" (2° Piso): Entradas variadas, Pollo con salsa de almendra, vinos chilenos y las vistas espectaculares
Menú ca. 15 €

Hoteles:
Hotel de la Opera:
véase arriba
Muy céntrico y tranquilo en el barrio de La Candelaria, ambiente aristocrático, Palacio con Patio, 30 habitaciones, Informaciones véase: www.hotelopera.com.co

Four Points Sheraton Bogotá:
Avenida El Dorado N° 69 C – 83
Tel.: (0057)-1-2105000
Fax: (0057)-1-2105003
E-mail: hotel.sheratonbogota@ghl.com.co
Habitación sencilla con desayuno entre 42 y 52 €
En el norte, relativamente lejos del centro, pero cerca del Aeropuerto

La Magdalena:
Carrera 13 A, N° 38 – 91
Muy céntrico en el "Centro Internacional", no muy tranquilo
Habitación sencilla 15 – 20 €

Transporte:
Coche alquilado:
¡No! , demasiado peligroso viajar individualmente

Taxis:
negociar el precio antes, trayecto normal 5.000 hasta 10.000 Pesos máximo (1,90 – 3,80 €), por razones de seguridad sólo subir a taxis amarrillos o a los del hotel (blancos)

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