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España: Una lluvia de pétalos de rosas desde un Cielo azul (Parte 1) (Parte 2)
Quinta edición de nuestra crónica (no tan seria) de la Semana Santa 2010
Epílogo: Aparte de docenas de estampitas quería llevarme - como siempre - un dulce recuerdo de esta Semana Santa: 4 vasos de mermelada de las monjitas de Santa Paula (de limón y naranja, gelatina de azahar y crema de castaña). Aunque la tonta del Check-in de la Madre Iberia había dicho lo contrario, tenía que sacrificar esas delicias en el altar de la seguridad - fueron confiscadas durante el control de seguridad. ¡Como sí las mermeladas de Santa Paula pudieran contener dinamita! Habrá que contársela a la Madre Priora...
Muy enojado le dijo al guardia: "¡Qué aproveche! !Ya tiene un postre magnífico!" Pero ahora, prefiero acordarme de momentos más agradables...
Sevilla, Domingo de Ramos, 28 de marzo 2010"¡Qué exagerado!" dice la Carmencita al darles la bienvenida a los madrileños en su casa en la Plaza de Pumarejo - y no se refiere a los trajes de Domingo de Ramos de sus visitantes (impecables y radiantes), sino a la cantitad escandalosa de lazitos de las hermandades coleccionados durante las visitas a sus templos que exhiben en los cuellos de sus trajes.
Son como 20 y los iniciados que conocen los templos de esas cofradías pueden leerlos como un mapa de Sevilla, llegando a la conclusión que para lograr un recorrido así se debían haber levantados a las 6 de la mañana. Como siempre hay un potaje riquísimo de bacalao con garbanzos antes de que llegue el Cristo de la Hiniesta a la plaza, y después de la Virgen habrá torrijas deliciosas que por cierto son hechas por Manolo y no por la Carmencita, dicho sea una vez para que no me lleguen de nuevo quejas por derechos de autor.
Y como siempre, para ver las procesiones, nos reunimos con nuestra "peña de incondicionales". Nuestro grupo de místicos semanasanteros consiste desde hace años de mi amiga sevillana Carmencita y su marido Manolo, Teresa y Regina, también de Sevilla, mi amiga Angélica (a la que no le gusta mucho la Semana Santa, por ello ya el miercoles se va a Guadix), la joven gaditana Cayetana (¡ya ha cumplido 18 años!), dos peregrinos de Madrid (Manuel y Cristina) y de mi persona (esta vez la redacción se ha negado a cambiar los nombres...) Ah! A partir del Jueves habrá una nueva visitante: Luna, viniendo de Alcalá la Real, la ciudad del gran Martínez Montanés.
Un público variopinto ha llenado la Plaza de Pumarejo cuando ya pasa el Cristo de Castillo Lastrucci con la bellísima Magdalena arrodillada en un monte de claveles rojos. En el palacio del Siglo XVIII, han fijado una pancarta: "Alcalde no tiene palabra", refiriéndose a la mala costumbre de la administración municipal de frenar la restauración de un monumento histórico hasta que se caiga por sí solo, para luego construir unos bloques de desestilo que incluso asustarían en un suburbio y mucho más en pleno casco antiguo. Pero olvidemos lo cotidiano en Semana Santa. La luz de la tarde inunda el escenario y un rayo mágico de sol ilumina el rostro de la Virgen bajo su palio azul. "Este año parece que nos salvemos de la lluvia, sólo para mañana han anunciado entre 60 y 70% de probabilidad...", comenta Manolo a mi lado.
Volviendo a casa a probar sus torrijas, de repente se acerca un todoterreno por la calleja Torreblanca y naturalmente no puede pasar, ya que la procesión avanza muy lentamente y hay medio millón de gente en la plaza. Una situación para avanzar 10 metros en media hora. ¿Y qué hace la tonta conductora? Allí se queda durante media hora sin apagar el motor. ¿Hay que tener conciencia ecológica alemana o bastaría un mínimo de sentido común para apagar el motor en tal situación? Mirándola, me llevo un dedo a la sien y como reacción, ella grita algo como "¡Es el problema de vivir en el centro...!" Lleno de ira santa llego a responder: "¡Pues viviendo en el centro de Sevilla se sabe el horario de las cofradías: o sales antes de la procesión o bastante después en vez de aplastar a la Banda del Carmen con el todoterreno de tu papi!" La pija sigue sin apagar el motor y sigue avanzando centímetros - este comportamiento es una invasión de espacio público mucho más brutal que colocar una pacífica silla plegable en alguna calleja.
Cayetana, enfurecida, dice que "esa prepotente sólo quiere enseñar su cochecito al mundo" y propone bajar una silla plegable para golpear su coche " pa que aprenda esa loca..." Conseguimos frenarla y subimos todos para tranquilizarnos con torrijas y moscatel marca "Lágrimas de la Purísima".
Al atardecer Angélica nos lleva a la casa de unos amigos suyos: tenemos el lujo de estar invitados a una azotea en la Calle Conde de Torrejón, disfrutando de las vistas y esperando la procesión de La Amargura. La verdad es que la doble fila interminable de los blancos nazarenos y el Misterio de la Amargura se ve magníficamente desde esa perspectiva, aunque Cristina comenta que "le falta un poquito la emoción tangible, la opción de tocar el paso". Bueno, no todo es posible a la vez. Además, para ver la Virgen ya preferimos bajar para tocar los varales del Palio. Es tarde ya, no lo logramos, pero al menos podemos ver la Virgen majestuosa de cara a cara, lo que importa.
Ya ha caído la noche y colocamos nuestras sillas plegables en la Calle Orfila. Están pasando los nazarenos vestidos de negro de la Hermandad del Amor. Teresa y Regina se dirigen al grupo diciendo: "¿Sabeis que estáis haciendo algo ilegal? Lo de las sillas plegables es ocupación de espacio público, lo dicen en el Diario de Sevilla..." Angélica, con una sonrisa burlona, dirige su mirada hacia la esquina donde hay un "aparcamiento transitorio" y dice: "Y esa muralla de carritos - parece una invasión de los Kiko..." Debemos contener la risa, porque ya se acerca el Cristo del Amor en silencio solemne.
Como cada año queremos cambiar un poquito los escenarios para ver una cofradía en un sitio especial donde nunca la hemos visto antes, había propuesto ver la Hiniesta una segunda vez, casi a la medianoche, en la Plaza de San Marcos. Y luego todos estábamos de acuerdo de que fue el momento más bello del día: primero el fondo casi insuperable de la torre iluminada de San Marcos con luna llena al lado (sólo con la Giralda podría ser mejor), luego el Paso del Cristo tan bien llevado y hubo un momento breve e increíble cuando pudimos ver por la aureola de la Magdalena la cara del Cristo delante de la torre dorada - tomada por una cámara super zoom sería la foto del año, y al final, ya por Bustos Tavera mecían la Virgen de la Hiniesta muy suavemente al son de la marcha "Pa ti, Manué". La noche se despidió con un arrobamiento místico.
Lunes Santo, 29 de marzoY despertamos. Empieza a llover. Llueve. Cesa de llover. Y otro chubasco brutal. Maldita lluvia. Los grandes ausentes: San Gonzalo y Santa Marta - nos duele mucho que no salgan los Pasos dominados por las creaciones geniales de Ortega Bru. Salimos muy tarde, ya casi a la medianoche, para ver las entradas de la Vera Cruz y Las Penas. Impresionantes como siempre, pero la verdad es que para mí, el día ya estaba estropeado y ya no conseguí llevar el barómetro de mi entusiasmo a grandes alturas y un soplo de viento muy frío me acompañaba en el camino a casa. Mañana el sol brillará...
Martes Santo, 30 de marzoMe encuentro en la Calle Santiago esquina con Cardenal Cervantes al lado de una cuadrilla de costaleros de San Benito esperando el Paso del Misterio. Mientras que esperan, uno de los Costaleros ofrece una "lección relámpago" de inglés a sus compañeros, empezando con "Follow Me" (Sígueme) - ¿será otra muestra de la universalidad internacionalizada de la Semana Santa? No sabemos si algún día habrá un capataz que manda una cuadrilla internacional en inglés, pero nunca está mal estar preparado "pá tó", así que nuestro bravo costalero profesor ya anuncia a sus colegas qué significaría "Al cielo con Ella" en inglés. "Get her into heaven!" (Olé - no, es que olé no se puede traducir a ninguna otra lengua del mundo mundial.)
Luego para ver El Cerro y Santa Cruz hemos quedado con Teresa y Regina en la estatua de la Inmaculada en la Plaza de Triunfo. Las dos son ángeles y las acompañantes perfectas para la Semana Santa. Después de que haya pasado la Virgen del Cerro, desapareciendo detrás de la muralla del Alcázar, Teresa nos ofrece unos pestiños deliciosos recién hechos y Regina va a competir con una bandeja de mini-torrijas igualmente buenísimas. "Sí, tenemos que casarnos", le digo bromeando a Teresa. Ella, sonriendo contenta de que su creación nos guste tanto, responde solemnemente. "Al final, de todos los pecados capitales, la gula será el menos grave."
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Como era de esperar, Cayetana se opone en seguida, proponiendo que "quizás la lujuria sea aún menos grave con lo bonita que es". - "Bueno, concluye Manuel añadiendo su juicio salomónico, "digamos que los tres pecados corporales (gula, lujuria, pereza) serán juzgados como menos graves que los cuatro cometidos por el espíritu (soberbia, ira, avaricia y codicia), ya que resultan más espontáneos y menos maliciosos." Añade su esposa Cristina: "De todas maneras hay que hacer más penitencia - vamos a arrodillarnos ante la imagen más sublime del día - el Cristo de la Buena Muerte." |
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Nos adentramos en el recinto de la Universidad, recordando nuestros años de estudiantes que pasamos aquí en la antigua Tabacalera. Reina un silencio alucinante cuando se acerca a oscuras el Crucificado más magnífico de Juan de Mesa. Sólo la luna llena (y muchos flashes, eso sí) iluminan la sombra del Señor. El momento más sagrado del Martes Santo. Después de una meditación inmóvil, tenemos que calentarnos en un bar enfrente de la entrada principal. Tortilla y tinto para todos. Cayetana se ha fijado mucho en el mozo morenísimo de la barra, tanto que está dispuesta a pagarlo todo, sólo para poder comprobar la cuenta con él (y claro: tardando y charlando mucho). No sabemos nada del resultado, porque luego ella se despidió con una sonrisa calladita. Al despedirnos hubo una breve pelea teatral por la última mini-torrija - claro que al final era pa mí, es que hay cosas que no son para repartirlas...
Miércoles Santo, 31 de marzo
Estoy esperando entre las columnas de Hércules en la Alameda (otro espacio público destruído por un nuevo diseño ridículo).
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Empiezan a pasar los nazarenos de la joven Hermandad del Carmen Doloroso. Impresionante su inmenso Paso de Misterio parado entre las columnas, e igualmente impresiona el entusiasmo y fervor de esa joven cofradía, fundada hace 25 años. En 2007 pasó por primera vez por la Carrera Oficial y ya ha conquistado su sitio en la Semana Santa de Sevilla. |
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Mis compañeros todavía estaban almorzando y todos nos encontramos en la romántica Plaza de San Lorenzo, el sitio ideal para ver la cofradía franciscana El Buen Fin - Regina había propuesto ese escenario, hay que alabarla.
Avanzan rápidamente los nazarenos de túnicas marrones por la plaza inundada de luz y ya se acerca el Cristo. Cayetana se harta de tomar fotos, parece loca, y no está enfocando al Paso.
Después de que haya pasado la procesión, como vemos la Capilla del Gran Poder abierta, decidimos entrar para mirar al Señor de Sevilla. De repente vimos al lado del rostro venerable del Jesús del Gran Poder - ¡un globo de colores chillantes, mostrando una figura de dibujos animados! Quedamos tan estupefactos que olvidábamos tomar fotos de ese "encuentro". Cristina pronuncia lo que pensamos (casi) todos: "¿Pero cómo pueden permitir que un niño entre en este templo con un globo como si fuera un circo?"
Ya después de salir, Cayetana opina que no lo ve tan mal, porque a Jesús le gusta que vengan los niños a visitarle, sea sin o con globos. Y acaba haciendo una propuesta insólita: "Sería bien si se fabricaran globos que muestren caras de Cristos y Vírgenes...y luego, cuando entren niños con globos en un templo, ya no molestarían tanto." Manuel, indignado por esa idea absurda, pregunta a la gaditana si de verdad se podría imaginar el rostro del Gran Poder en un globo, volando por el aire. "Bueno, ese no tanto, pero quizás el de la Borriquita", contesta murmurando.
Se queda ensimismada en el camino hacia la catedral, quedándose algo atrás y mirando como hipnotizada a su cámara digital. Cruzando la Plaza del Museo, casi la atropella un coche, porque sigue mirando a una foto en su cámara. "¿Qué te pasa, Cayetana?", pregunto preocupado, " que casi te habrían matado - ¿qué estás mirando allí todo el tiempo?" Nos acercamos para ver la foto que tanta atención merece: es un acólito del Buen Fin de labios sensuales y ojos grandes, casi negros. Cayetana se ruboriza un poquito y declara solemnemente: "Éste es más guapo que el Cristo de la Trianera y si lo digo yo ya quiere decir algo..." (es verdad, siendo ella una de las admiradoras más entusiastas del Cristo de las Tres Caídas).
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Cristo de la Esperanza de Triana [zoom]
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Esperanza de Triana [zoom]
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Entretanto, hemos llegado a Reyes Católicos y como ya está entrando la Cruz de Guía del Baratillo, hay un gentío espectacular y toda la calle parece un Rubicón insalvable. Yo no entiendo por qué la gente prefiere ver una procesión en una calle tan fea...Teresa va bravamente por delante, abriendo camino. Cruzamos por auténticas murallas de sillitas y carritos para finalmente llegar a la Catedral.
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En la Plaza del Triunfo queremos ver San Bernardo, aunque yo prefiero verlo en la calleja muy estrecha de la Alcazaba y Manuel se apunta también.
"Allí podeis colocaros solitos", dice Teresa - es que ella no es tan entusiasta de estar apretadita en un callejón. Así que las niñas se quedan con la Inmaculada en la Plaza. Manuel y yo estamos contentos con nuestra decisión. Siempre es un lujo ver una cofradía al lado de las murallas del Alcázar.
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Además es increíble lo que está tocando la Banda de Dos Hermanas al Cristo de San Bernardo - suena casi como Jazz improvisado, escandalosamente magnífico. Todavía impresionados por esa música, nos colocamos luego en primera fila en la Plaza del Triunfo para ver pasar la procesión del Baratillo con su bellísima Piedad.
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Después de eternizar la estampa de la Virgen de la Caridad con la Giralda al fondo (bueno, Manuel lo consigue, es que en cuanto a las fotos, él es el maestro, junto a Regina, aclamados sean), vamos a La Estrella para unas tapitas urgentes. Como no hay sitio, al final tenemos suerte en La Giganta.
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Hay que calentarse con un par de tintos antes de ver la entrada del Cristo de Burgos - atmósfera mística como siempre. Esta vez el Palio ha entrado bien.
Seguimos en la edición de junio con... la medalla milagrosa de la Virgen de Los Ángeles y otros Palios en la segunda parte de nuestra crónica.
(Parte 2)
Texto: Berthold Volberg
Fotos: Vicente Camarasa + Berthold Volberg
Galeria de fotos:
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Cristo de la Macarena [zoom]
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Paso de la Macarena [zoom]
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Enlaces:
www.hermandades-de-sevilla.org
www.artesacro.org
www.hermandaddeelsilencio.org
www.granpoder.org
www.hermandaddelamacarena.es
www.hermandaddelcalvario.org
www.esperanza-de-triana.org
www.hermandaddelosgitanos.com
www.galeon.com/juliodominguez
www.lapasion.org
www.costalero.com
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