logo caiman
caiman.de archivo
Venezuela - Liceo José Vicente de Unda:
Pionero de la educación secundaria en venezuela
El 16 de mayo de 1825 fue decretada la fundación de una Casa de Estudios en la ciudad de Guanare por el General Francisco de Paula Santander, quien cumplía con el deseo que había solicitado Monseñor Unda en su participación como Diputado de Guanare en el Primer Congreso de la República de Venezuela celebrado en 1811.

La noticia de dicha fundación se le transmitió a Guanare el día 20 de junio del mismo año, bautizándose el plantel con el nombre de San Luis Gonzaga. El 25 de agosto se cumple con el decreto de nombrar un Rector a cuyo cargo estaría el establecimiento del Colegio y el cuidado de sus primeros pasos. Monseñor Unda fue escogido para tan delicado cargo por sus arraigos en aquella ciudad que lo vio nacer, su sólida cultura, por su carácter enérgico, por su interés en la cultura del pueblo, por su decidido patriotismo y por su entusiasmo por todo aquello que significase la elevación del nivel moral de la juventud y una mejor orientación de su destino. El 20 de septiembre se publicó el primer reglamento de la recién fundada Casa de Estudios, el cual fue realizado por el mismo Monseñor Unda.

Monseñor Unda se preocupó siempre por recoger fondos para la restauración del Antiguo Convento de San Francisco, lugar donde se había decido establecer la sede del Colegio. La contribución de 2000 pesos que dieron los vecinos al igual que los recursos ofrecidos por los criadores permitieron hacer importantes mejoras al citado edificio.

Después de ser expedido el decreto creador del Colegio en Guanare y obtenido el nombramiento de Rector, Monseñor Unda escribió a Bolívar, quien se encontraba en Perú, seguramente para suplicarle su alta protección para el recién creado establecimiento. Eran aquellos los días apoteósicos que siguieron a Ayacucho y al Libertador hacia su marcha triunfal de Lima a Chuquisaca, para ir a fundar Bolivia y enarbolar, en la cumbre del Potosí, las banderas de las naciones que su espada y su pensamiento habían enmancipado.

El Libertador no sólo se informó complacido del suceso que el presbítero Unda le participaba en su carta, sino que le contestó, aprobando el pensamiento y ofreciendo apoyarlo con toda su autoridad. El establecimiento llenaba de satisfacción y orgullo al Libertador por la elección de Monseñor Unda como Rector para dirigirlo debido a su dedicación por la causa del pueblo y su entusiasmo constante por el progreso y la cultura.

Sin embrago, los sucesos de Venezuela en 1826 y la vida precaria de la nación en los años que corrieron hasta 1830, impidieron que el instituto se pusiera en actividad. Estas situaciones no fueron favorables para el proyecto educativo por lo que se tuvo que esperar hasta la definitiva reconstitución de la República para poder llevarlo a cabo.

El Colegio fue inaugurado el 21 de junio de 1830 gracias a la petición manifestada por el entusiasmo de los padres de familia, de los jóvenes y de todo el pueblo en general. Las labores escolares se iniciaron el 25 de junio, instándose la clase de Gramática con 18 alumnos que eran regidos por el reglamento que el propio Rector había formulado.


Más adelante, el Colegio necesitó de nuevos y vigorosos empujes para su funcionamiento, estos fueron logrados gracias al entusiasmo que Unda sembró en los padres de familia, quienes juntos con muchos vecinos notables correspondieron gustosamente y prestaron todo su apoyo al abnegado sacerdote. Se formó un fondo y con el mismo se atendió a la reparación del edificio, a la compra de mobiliario y a la adquisición de mapas, de globos y de los útiles más necesarios, resolviendo así los serios inconvenientes que habían dificultado el funcionamiento normal del plantel. El plantel quedó totalmente inaugurado el 25 de junio de 1832. En la ceremonia, Monseñor Unda hizo votos porque todo redundara en mayor gloria del altísimo, demostrando la necesidad de que la juventud tenía que instruirse en las ciencias, ya que era una línea de conducta aconsejable por el propio Espíritu Santo y animó a todos los inscritos a seguir los pasos de San Luis Gonzaga, cuya vida seguía siendo vivo ejemplo de obediencia, de humildad, de noble y de santa dedicación al cumplimiento del deber. Fue a partir de esa fecha cuando el Colegio quedó legalizado y se comenzaron a impartir otros cursos como el de Filosofía.

El Colegio San Luis Gonzaga cobró fuerzas hacia el futuro, apoyado moral y materialmente por la sociedad que se esmeró siempre por la adquisición de libros, por la consecución de fondos, por la contratación de profesores y por la recompensa debida a la aplicación de los alumnos, a su amor por los estudios y a la dedicación a labores escolares. Todo prometía mejores días para el recién fundado Colegio.

En 1835, Unda fue electo Obispo de Mérida por el Congreso Nacional. Previniendo su pronta separación del Rectorado, éste manifestó al Doctor José María Vargas, Presidente de la República en aquel año, su deseo de nacionalizar el Colegio de Guanare. Después de obtener la Consagración Episcopal en Caracas, Monseñor Unda volvió a Guanare con el fin de despedirse definitivamente de su querido Colegio. Moralmente sentido, abandonó la Ciudad de Guanare el 16 de febrero de 1837, asumiendo el cargo de Rector el Vice-Rector Maestro Morales. Fue el 24 de abril de 1837 cuando se llevó a cabo la nacionalización del Colegio por el Vice-Presidente de la República Carlos Soublette, encargado del Poder Ejecutivo de la República. Ese mismo año se normalizó vitalmente la marcha del plantel hasta nuestros días. Más tarde es llamado Colegio Federal de Varones, hasta que llega a llevar el nombre de su ilustre fundador José Vicente de Unda.

La fama adquirida por el Colegio San Luis Gonzaga llegó a ser tal que sus aulas se vieron concurridas no sólo por alumnos nativos de Apure y Barinas, sino de los diferentes pueblos de las provincias de Caracas, Barquisimeto, Coro, Trujillo y Mérida.

La figura de un ilustre venezolano como Unda quedó plasmada para las mentes futuras gracias a su doble papel de padre de la nacionalidad así como a su abnegada labor de conductor por los caminos del saber y la cultura de las primeras generaciones de una importante región de la República. Además, su obra podría ser bien presentada ante la historia para que por ella se le juzgue y se le dé el puesto que le corresponde en el cuadro de nuestros civilizadores, ya que él fue quien lo hizo todo y lo que no pudo realizar materialmente, lo llevó a cabo con el poder de sus palabras y de su nombre, con el estímulo de su ejemplo, con la entereza de su carácter, con la autoridad de una vida que había sabido mantener pura con humildad.

Así pudo el afamado Colegio iniciar a un numeroso grupo de jóvenes en el cultivo de las ciencias, en la practica de la virtud, en el ejercicio de la bondad y en el amor por la justicia. Estos jóvenes estuvieron capacitados para las más diversas actividades gracias al sólido basamento de su carácter y a una mejor disciplina del pensamiento. Los alumnos del San Luis Gonzaga no sólo fueron educados para la ciencia y la cultura, sino para la vida social y ciudadana.

Todo el personal que labora en esta institución y la masa estudiantil que ha tenido el honor de ocupar sus aulas de clases se sienten orgullosos de llevar el nombre de un héroe como Unda, cuya obra nos enseña que el triunfar es una acción creadora, que los sueños se cumplen cuando se lucha y se dan los pasos necesarios para lograrlos.

Texto + Fotos: Carmen Manzanilla
para imprimir    


buscar

powered by google


guia/archivo

© caiman.de - imprint - disclaimer - data protection pa´rriba