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Peras de caiman y Guacamole

Qué es una "pera de caiman" o "pera de aligátor"? Así llaman cariñosamente el aguacate por su piel que se parece a la de un reptil. Pensaba yo que todo el mundo conoce aguacates, pero debía comprobar que en mi pandilla de amigos hay unos "bárbaros culinarios". Estaba indignada cuando una amiga me preguntó: "Pero qué es Guacamole"? Así que decidí de dedicarle un artículo a mi pequeña amiguita verde.

En Centroamérica, el aguacate se trata como una verdura y se come con sal, mientras que en Sudamérica, es considerado como fruta y allí lo gozan añadiendo azúcar o lo sirven como helado o batido. En Alemania, parece que no saben qué hacer con esa fruta exótica.

Así difieren los gustos, las costumbres de comida, y - lamentablemente - también los precios, porque en Alemania tengo que comprar mis queridos Aguacates en estado inmaduro en el supermercado, rezando que estén de superoferta, porque si no...

En El Salvador, voy a cosecharlo del árbol delante de nuestra casa si está bien madurito. Pero ésta es otra historia y no queremos ponernos melancólicos.

En la receta siguiente, os presento la "opción salada", y a la vez la más conocida, la preparación "estrella": Guacamole. Aunque siempre soy tolerante con respecto a la costumbre de mis hermanos sudamericanos, nunca podría maltratar un aguacate de tal modo que lo juntara con azúcar. Pero bueno, simplemente es cuestión de costumbre.

Lo más importante es la compra de los aguacates. Cuando los aguacates estén de superoferta, será el mejor momento de comprarlos, ya que normalmente los rebajan, cuando ya corren peligro de ponerse malos. Así que es probable que estén blanditos. Naturalmente, no deben estar semipudridos.

Hay que probar apretándolos con los dedos, si parecen blandos, están bien. Pero también hay que moverlos y si se puede escuchar un ruido, será que el hueso se mueve, lo que significa que el aguacate está demasiado seco.

El aguacate ideal está blando, no produce ningún ruido a moverlo y está verde que te quiero verde. Si hay manchas oscuras, mejor no comprarlo.

Se cortan los aguacates por la mitad. Qué bonitos son con su color amarillento o verde pálido. Una siente casi compasión, pero no hay que preocuparse: estos aguacates no se sacrifican en vano, sino serán glorificados en otro estado de ser.

Hay que quitar completamente la piel, ya que es muy amarga. Luego se cortan los aguacates en trozitos finos, después hay que salar, pimentar y echar gotitas de limón, con tenedores hay que machacarlo, hasta obtener un puré.

Dependiendo del gusto personal, se puede añadir trozitos muy finos de cebollas, tomates y/o trozitos de huevo duro. Podéis probar o mezclar varias opciones, para luego elegir vuestra favorita. Guacamole es un manjar perfecto para combinarlo con nachos, sandwiches, con tortilla o solito.

Una bonita opción también es la siguiente: rellenar las dos mitades de la piel del aguacate con la crema de Guacamole y guarnecida con un par de gambitas al ajillo y hierbabuena.

Además, aguacate se puede añadir perfectamente a casi cada ensalada, en trozitos salados, pimentados y con limón.

Y al final unas informaciones para sibaritas conscientes de cuestiones de la salud: el aguacate tiene muchas proteínas, vitaminas y aminoácidos. Un aguacate de 200 gramos tiene 440 kilo-calorías y 47 gramos de grasa, pero sin nada de colesterol. Así que un producto ideal para culturistas.

Un consejo al final: si habéis preparado el guacamole, será mejor poner los huesos en la crema, porque así el Guacamole no no se pone oscuro tan rápidamente.

Qué viva el aguacate!

Texto + Fotos: Camila Uzquiano
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