caiman.de 09/2002

Expresionismo Latinoamericano para el Mundo
La Fundación Guayasamín


Pocas son las manos que han hecho posible plasmar con gran maestría los rasgos marcantes de rostros indígenas, sumidos en multifacéticas expresiones sentimentales, como en la acuarela artística del pintor y muralista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín.

La oportunidad más compacta de apreciar estas muestras de Expresionismo Latinoamericano, se presenta en las afueras de la ciudad de Quito, exactamente en el moderno barrio del Batán, donde la Fundación Guayasamin abre sus puertas para mostrar este arte que forma parte de la corriente cultural denominada Indigenista, que comienza por los años 30 del siglo XX en la América Latina.

La obra de Guayasamín, apellido de raíces quechuas y que significa “ave blanca volando”, esta marcada por una constante protesta y denuncia de caracter social y política a favor de los derechos humanos, sobre todo de los derechos de los pueblos autóctonos andinos de donde él provenía. Esta obra humanista, calificada como expresionista, pretende reflejar el dolor y la miseria que aún soportan gran parte de los pueblos indígenas americanos, sumergidos en la discriminación de sus propios conciudadanos de otros orígenes raciales. El mismo calificó a su pintura como “una pintura de denuncia, de mucha fuerza, de contenido”.

Fué la Plaza de la Independencia (Plaza Mayor de Quito) quién por primera vez atestigüó, durante la niñez del pintor, de la aptitud artística de Guayasamín cuando este procuraba ganarse la vida vendiendo pequeñas litografías a los diversos turistas que deambulaban por dicha plaza. En 1941, a los 22 años, logra graduarse como pintor y escultor de la Escuela de Bellas Artes de Quito iniciando luego una vida artística excepcional con más de 180 exposiciones individuales, primeros premios de diferentes bienales mundiales, hasta llegar a ser miembro de las Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en España y miembro de honor de la Academia de Artes de Italia.

Tres son las principales y más extensas series que conforman el conjunto de su obra, la una llamada Huacayñan (El camino del llanto) compuesta por un mural y 103 cuadros es una retrospectiva de las diferentes etnias que componen el mestizaje americano, la segunda, La Edad de la Ira, agrupa a más de 5000 dibujos y 250 cuadros, denunciando de manera patética la violencia del hombre contra el hombre, plasmando a su vez su decadencia y sufrimiento. La Edad de la Ternura, tercera serie, es una colección con más de 100 obras donde el artista prentende rendir un homenaje de amor a su madre, inspiradora de esta serie. Entre sus murales más destacados citamos aquellos que engalanan los Plenarios de Sesiones tanto del Parlamento Ecuatoriano en Quito, del Parlamento Latinoamericano en Sao Paulo así como la sede de la UNESCO en Paris.

De tendencia política izquierdista, comparte amistad entrañable con diversos intelectuales y estadistas del mundo progresista como Fídel Castro, Pablo Neruda, Gabriel García Márquez y Rigoberta Menchú hasta dejar de existir en el año de 1999, quedando el llanto, la ira y la ternura como sinónimos de su obra.

La Fundación Guayasamín que él creara en 1976 como Patrimonio del Ecuador y al que dona su obra y sus colecciones de arte, esta destinada a preservar, promover y divulgar el arte de este pintor, siendo éste además su Presidente Vitalicio. Tiene varias extensiones donde se muestran muchas de las obras guayasaminas tanto en Guayaquil (Ecuador), La Habana y Cáceres (España) manteniendose esta última bajo el auspicio de la Universidad y del Centro Extremeño de Cooperación Iberoamericana. La sede quiteña pone a disposición de su público, áreas de servicios como talleres para la manufactura artesanal, talleres de grabado y de restauración junto con una biblioteca especializada en pintura y escultura con más de 2000 volumenes.

Se suman a ellas la exposición de las tres colecciones temáticas que conforman la esencia fundamental de la Fundación. La coleccion de Arte Arqueológico, muestra los diversos trabajos artesanales de las diferentes culturas pre-colombinas que existieron en territorio ecuatoriano. Piezas de orfebrería Chorera, Valdivia y Tuncahuan, entre otras, enseñan la habilidad manual de los aborígenes del Ecuador y que Guayasamin coleccionó por más de 60 años. La colección de Arte Colonial, perteneciente a la Escuela Quiteña, exhibe unas 300 piezas de los más destacados representantes de esta escuela artística que junto con la Cuzqueña pretendieron perpetuar la idiosincracia religiosa de la época colonial hispana en América.

Lo más representativo de esta Fundación es la coleccion de Arte Contemporaneo que no es nada menos que la exhibición en sí de toda la obra donada por Oswaldo Guayasamín al patrimonio de su país con más de 250 óleos de retrospectiva inicial y parte de sus tres series arriba mencionadas.

De regreso al bullicio del Casco Colonial Quiteño, esas expresiones pictóricas, faciales y recién admiradas, parecían volverse verdaderas, humanas en movimiento, al contemplar la desesperación en los rostros de las madres vendedoras ambulantes, quienes con sus niños a las espaldas, procuran vender a los transeúntes, alguna que otra mercancía para ganarse tambíen la vida; algo así quizás como lo habría hecho también Guayasamín en los tiempos de su infancia modesta.


Fundacion Guayasamín

Dirección:
Calle José Bosmediano No. 543
el Batan - Quito

Teléfonos:
(593-2) 244-6455/
245-2938

Horario:
lunes a viernes de
9H00 a 13H30 y
15H00 a 18H30

Precio de entrada: 2,00 US$.