caiman.de septiembre 2001

COCA - NO ES DROGA, ES COMIDA (Parte 1)

Tradicion
La planta Coca se cultiva desde hace más de 4000 años en las regiones de Bolivia, Perú, Ecuador y Argentina de Norte siendo sin esta la tradición indígena y cultura de estos países no concebible. Ninguna otra planta se respeta en tal forma y está circundada por mito y tradición como la planta Coca.

La vida en los altiplanos andinos todavía está acentuada por tradiciones y costumbres inmemoriales. Así es en Bolivia más de la mitad de la populación de procedencia indígena, aymara y quechua se habla más que el español. Muchas veces la gente adapta su vida a reglas que tienen su validéz hace siglos.

PachaMama & MamaCoca
Así muchos habitantes de Bolivia creen en el poder del sol y de la tierra ("tierra maternal") que al principio han facilitado la vida humana. La figura principal en las imaginaciones de los hombres es la PachaMama ("Madre Tierra"), el origen de toda vida.

Directamente conectada con ella es la tradición del uso de la coca. Mama Coca es la hija de PachaMama y según los mitos fué entregada por Manco Capac el "Hijo del Sol", que aquel entonces vino abajo a la "Isla del Sol" situada en el lago Titicaca.
Incas
Ya para los Incas la coca era una planta santa de los dioses que fué empleada en calidad de ofrenda y de profecía. Sus hojas valían de portafortuna y se quemaban como incienso durante las ceremonias en los templos. El uso de la coca durante estos eventos sólo se reservaban los miembros de la casta de guía tales como sacerdotes y nobles.

Colonialismo
Coca no solamente es un elemento de tradición viejísima sino también símbolo de la resistencia contra la colonización y la dominancia de los conquistadores conectada con ella.

Los colonialistas tenían manía a la planta y condenaban la coca a "hierba diabólica" porque representa una de los elementos más esenciales de los rituales mágicos, religiosos y medicinales de la tradición andina. Prohibieron el culto en la casa y amenazaban con multa el cosechar y masticar las hojas de la coca.

Más tarde trataban de sacar própio provecho de los rituales que nunca habían podido contener completamente, y exigían impuestos altos para la cosecha de coca. Cuando los colonialistas reconocieron el efecto estimulante y él de suprimir el hambre, empleaban la coca de alimento y de salario para la población indígena. Cuando por ejemplo en Bolivia se descubrieron las minas de plata del Cerro Rico en Potosí, la coca vivió un auge de grado no conocido hasta este momento puesto que los conquistadores en su afán de oro y plata enforzaban la población subyugada a este trabajo de infierno en las minas que podían sólo aguantar con la ayuda de la coca.


Coca no es Droga, es Comida
Para los habitantes de las regiones andinas inhospitalarias la coca desempeña una función nutricional importante. El contenido alto de vitaminas y sustancias minerales tales como fosfor, fierro o calcio sirve para prevenir a una alimentación carencial.

Las hojas sólo desarrollan su efecto estimulante cuando se mastican junto con álcalis terrestres tales como cal o la ceniza rica de magnesio de la planta quinoa para que se desvuelvan los alcaloides efectivos cocaína y ecgonina.

En parte alta al masticar la cocaína se transforma en ecgonina. Cocaina estimula el sistema nervioso simpático, anestecia el hambre y disipa estados de agotamiento. Tradicionalmente se emplea la planta de coca contra muchas enfermedades especialmente molestias del estómago y soroche, la enfermedad de altura.

Rituales & Ceremonias
La visión del mundo indígena basa en la armonía de la natura y sus habitantes. La expresión de esta simbiosis armònica entre hombre y natura es la planta de coca.

La función espiritual de la misma se desempeña en ceremonias y rituales para rendir homenaje a PachaMama y mantener a distancia fuerzas malas de casa y patio propio. Todavía sacrifican los hombres en Bolivia hojas de coca en una piedra al comenzar un viaje, para solicitar una llegada segura. Los mineros en las minas de Potosí esperan éxitos de excavación por medio de ofrendas lo mismo que los campesinos que a su vez esperan una cosecha buena.

Casí siempre es la población indígena aquella que hace seguir vivir las tradiciones referentes al uso de la coca. Los habitantes de origen alemán en América Latina rechazan el uso de la coca por ser primitivo.

El masticar la coca todavía tiene gran importancia social en las tierras del altiplano andino y es el símbolo de fraternidad y solidaridad. Los rituales de coca fortifican el espíritu de solidaridad y favorecen la vida común pacífica. Además, la coca sirve -en regiones lejanas hasta hoy- como medio de pago y objeto comercial para el intercambio de mercancías.

Parte de una ceremonia muchas veces es soplar a las hojas de coca con el motivo de compartir las mismas con los dioses. Durante ceremonias de saludar también primero se soplan a las hojas para luego hacer circularlas de acuerdo a una turno exactamente determinado.

Personas individuales aprovechan el ritual de coca por ejemplo al visitar sepulturas él que está de luto mastica coca porque la planta le consuela a él y protege al difunto. La planta coca muchas veces se emplea también en el acto de profetizar. Saber cómo interpretar las figuras de las hojas arrojadas requiere experiencia de muchos años. Siendo así la planta responde preguntas en cuanto a enfermedades y al futuro y sabe en qué modo la fortuna sigue a estar favorable hacia a uno.

Generalmente la planta tiene para los países de cultivo una función comercial no a subestimar. En Bolivia la coca es el aportador de divisas número uno desde la mitad de los ochenta cuando la explotación del estaño se derrumbó en las minas casí completamente por falta de demanda en el mercado mundial.

La discrepancia extrema entre coca como el simbolo poderoso de la identidad indígena y la función de la cocaina aislada se investigará en la próxima edición de Caiman en amplia forma.

Texto:
Kristina Willenborg

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