[adv_2012] 2. puerta: Canto del peregrino Articulos:
El Animal más peligroso de América Latina
Con asechanza, atacan frecuentemente a seres humanos en plena calle, dejando heridas considerables de mordeduras y el temor de haberse contagiado de rabia canina. En cualquier rincón de las aglomeraciones están acechando en su búsqueda de carne. Incluso en lugares sagrados de paz como camposantos, no muestran respeto, sino atacan a los pobres visitantes, sólo a los muertos los dejan descansar en paz.
Chucho Chicharrón Un día, estoy sentado en una caja de madera en un rincón más bien tranquilo de San José, comiendo mi plato favorito, Chicharrones: por fuera bien crujientes, por dentro aún blanditos y con carne jugosa y sabrosa. Se trata de casi medio kilo, es decir una docena de chicharrones que había comprado cerca, llevándolos en un cucurucho de papel. Estoy comiéndolos con las manos, pronto tengo las manos y la cara llenas de grasa. Estoy a punto de comerme el tercer chicharrón después de contemplarlo muy contento a la luz del sol, cuando de repente aparece lo que menos esperaba y más temía: ¡un Chucho!
Pom-Pom e o chapéu do Senhor Claude
Pom-Pom nos espera no portão. "Um dia, de repente, ele estava aqui. Ele me escolheu como dono. Mas, na verdade, ele é meu dono, pois eu não tenho nenhuma influência sobre ele. Às vezes, desaparece por uns dias, atrás de uma cachorra qualquer, para voltar depois, magrinho e com fome. Então, cuido dele."
El Clan y su amor por el pavo La ultima navidad de los chompipes
Pero si se comportan de manera aceptable, mejor dicho se hartan lo que se les da, son consentidos por Maria con abundantes exquisiteses culinarias destinadas a engordarlos y a mejorar su sabor y además Miguelangelo el peludo aguacatero les brinda todo su amor el cual expresa lamiendolos por horas, lo cual por supuesto es parte de la diversión familiar.
La matanza del cerdo Hoy esta ejecución pública está prohibida por las severas leyes higiénicas de la Unión Europea. Uno puede lamentarlo o alegrarse por ello, según las ideas sobre la tradición o la compasión con los cerdos. En todo caso, hoy en día la matanza de verdad se hace en el matadero municipal. Una vez muerto el animal, sin embargo, lo traen enterito y orgullosamente a la plaza para trocearlo allí bajo los ojos de los curiosos hambrientos.
