[art_4] España: La compleja evolución de la catedral de Valencia
 
La catedral de Valencia supone un largo proceso que se inicia nada más completada la conquista de Jaime I y no terminará (en sus principales obras) hasta bien entrado el barroco (XVIII). Su solar estaba ocupado por la mezquita (que a su vez habia ocupado zonas sacras del mundo paleocristinao, aún visibles en las excavaciones de la almoina).

Su nueva edificación (iniciada en el 1264) es anterior al nacimiento del llamado gótico mediterráneo peninsular (catedrales de Barcelona, Palma o Gerona, Santa María del Pi, Santa María del Mar) pero es coetáneo al inicio de este estilo meridional en Italia, fuertemente vinculado a las órdenes mendicantes.

Precisamente por ello se ha relacionado con ideas dominicas (planta despejada, de escasa altura y buscada diafinidad) relacionadas con la predicación, aunque no podemos pesar por alto ciertas ideas del protogótico francés (dobles columnas en los pilares, escasa altura, alzado bipartito con ventanales superiores muy simples y naves laterales muy anchas, uso arcaicista del medio punto en las portadas, como la del Palau) que habían entrado en la Península en la zona Mediterránea (catedrales de Lérida o Tarragona).

A este esquema basical se le une una girola, sin apenas contrafuertes exteriores y arcos ojivales de amplísima luz, con un perfecto escalonamiento, que será realzada por el posterior cimborrio.


Sobre este esquema tan peculiar, encontramos dos espacios posteriores plaenamente góticos. La antigua sala capitular (hoy del Santo Cáliz), de planta cuadrada y bóveda estrellada sobre ménsulas (con otras, al modo de trompas, en las esquinas que permiten el paso del cuadrado al octógono), muy cercano a modelos del tardogótico como la capilla del Condestable de la Catedral de Burgos.

El cimborrio es una de las piezas claves de todo el conjunto. Tal vez se erigió uno primitivo  con referencias a Lérida o Tarragona, aunque la obra actual es fruto de una reconstrucción tardogótica claramente vinculada con los barceloneses de la catedral de Barcelona o Santa María del Pi.



Destaca por la diafanidad de su volumen sin apoyos. Organizado en dos pisos de enormes ventanales de tracerías caladas, se apoya sobre trompas y se cubre por una bóveda estrellada de materiales ligeros.



Texto + Fotos: Vicente Camarasa

Para saber más:
https://seordelbiombo.blogspot.de/

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