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[art_4] España: Calatrava – Ciudad de las artes y las ciencias Valencia
 
Conjunto multifuncional situado en el antiguo cauce del Turia compuesto por cuatro grandes edificios (Hemisféric (cine 3D), Museo de Ciencias Príncipe Felipe, Palacio de las Artes y Ágora) acompañados de jardines, láminas de agua y edificios auxiliares (Umbracle, Puente de las Artes, Oceanográfico...).


Museo de Ciencias, el Hemisféric y el Palau

El Museo de Ciencias con el Ágora al fondo

Planta. Recurre a planteamientos bastantes sencillos en planta, una elipse en el Hemisféric, una forma casi rectangular para el Museo, un ovoide para el palacio y otro óvalo para el Ágora.

Su alzado es muy característico. En él utiliza materiales modernos,especialmente hormigón armado realizado sobre complejos forjados, acero (en muchas ocasiones en piezas ya prefabricadas  y soldadas o engranadas por medio de tornillos) y cristal de alta resistencia.

En general tiende a huir de las líneas verticales, y utiliza líneas curvas,  parabólicas y catenarias (muchas de ellas heredadas de las formas de Gaudí) mientras que en el Museo o en el Puente junto al Ágora se prefieren las líneas diagonales y quebradas.

Se trata de crear formas complejas y dinámicas, especialmente destacables en el Museo, en donde se juega con las tensiones contrarias para producir una idea de movimiento e inestabilidad. El armazón en el que se apoyan se percibe perfectamente, permitiendo así ver el complejo cálculo de tensiones que albergan las estructuras, fruto de concienzudos análisis físico-matemáticos. Por último, la presencia que adquiere el cristal nos hace percibir edificios luminosos y diáfanos.


Museo de Ciencias (El cristal da una increible diafanidad a las estructuras pero crea enormes problemas de climatización en una ciudad tan cálida como Valencia)

Palau de las Arts (la larga visera suspendida es muy habitual en el autor)

La cubierta forma parte integral del alzado, siendo en muchas ocasiones una consecuencia de este último. En el Hemisféric se utiliza la forma cupulada adaptada a la planta ovoide mientras que el Museo prefiere una cubierta inclinada.

Mucho más espectacular resulta la del Palau (forma que volverá a repetirse en el Auditórium en Tenerife).


Hemisféric, un verdadero ojo cuyo párpado se puede levantar y cerrar
La decoración, desde la lejanía, genera sugestiones (imágenes que recuerdan, parecen lejanamente a otras), como la del ojo para el Hemisféric o de grandes huesos, restos óseos casi de dinosaurios.

Ya en detalle las formas adquieren un valor dinámico sobre el espectador (de movimiento en suspenso), teniendo especial importancia el color blanco con el que están tratado los elementos (casi firma del autor, muy relacionado con su biografía mediterránea y su culto a la luz), así como otras técnicas (estanque de escasa profundidad tratado con una superficie de azulejo troceado, al modo del trencadís de Gaudí).


Palau. ¿Un casco imperial de la Guerra de las Galaxias, un Alien?

Palau de las Arts

Normalmente poco valorados, resultan bien resueltos ciertos espacios de transición, como el Umbracle, una larga pérgola de formas catenarias con largas filas de palmeras que recorre la parte superior del recinto. O el uso de las láminas de agua quieta que proporcionan espectaculares juegos de reflejos en gran parte del conjunto.


Esta obra de la Ciudad de las Ciencias y las Artes se considera como una de las obras más emblemáticas (y cara por la tardanza de las obras y cambios de proyecto) de Calatrava, arquitecto ingeniero valenciano que se mueve entre los presupuestos de la arquitectura neoexpresionista (Utzon y su Ópera de Sydney), deconstructivista (Gehry) y los del Hich Tech (Foster, Rogers, Nouvel).


De los primeros toma su gusto por una arquitectura entendida de forma escultórica, verdadero hito urbano, que da primacía a las formas exteriores en donde se busca la expresividad de la línea sinuosa o quebrada y la creación de sensaciones de movimiento, inestabilidad y potencia expresiva.

De los segundos toma su hipertecnología y su preciso cálculo matemático y de resistencia de materiales para generar estos efectos (de hecho siempre es constatable en su obra sus estudios de ingeniería, normalmente denostados en el mundo de la arquitectura).


Junto a todo esto lo que hace sumamente característica la obra de Calatrava (e incluso a menudo previsible, dada la repetición de algunas de sus soluciones) es la presencia de complejos sistemas de equilibrios y tensiones (ensayados muy a menudo en sus puentes, como el famoso del Alamillo en Sevilla) que producen un efecto de ligereza y movimiento congelado por completo falso en sus enormes tamaños y pesos que le ha hecho ensayar sobre estructuras colgadas (cubiertas del estadio olímpico de Atenas o Puente de la Barqueta en Sevilla) o torsionadas (Torre torso).

Son también muy celebradas sus sugestiones (de inspiración Gaudiana, Park Güell o tejado de la Pedrera) a veces antropomorfas (como su Torre torso de Suecia), animales (caparazones de insectos, grandes cajas toráceas) o de objetos (forma de casco, el palacio de las artes en el mismo conjunto); así como la introducción del movimiento real (como el propio párpado del Hemisféric o su Puente de la Mujer en Buenos Aires) en la arquitectura.


El Hemisféric, ¿un insecto?

El Palau (que ya había sufrido goteras anteriores) actualmente sin trencadís que ha debido eliminarse al desprenderse fragmentos

Todo esto le han granjeado el éxito internacional patente en su encargo del comunicador de transportes de la zona O de Nueva York o su proyecto de gran rascacielos en Chicago, pero también las críticas ciudadanas por sus despilfarros, escasa funcionalidad o problemas estructurales.

No es otra cosa que la espectacularización que está sufriendo actualmente la arquitectura (que en España estuvo íntimamente unida a la burbuja inmobiliaria y toda la ideología que arrastraba) que, tras el efecto Guggenheim de Bilbao, se utiliza como reclamo político y cultural fácilmente reconocible en la era de la comunicación. Un paisaje de ciencia ficción, sugerente y muy pregnante.


El Ágora en construcción

El Hemisféric

Valencia en concreto ha convertido todo este proyecto en su imagen de marca que cambie las tendencias tradicionales de turismo de sol y playa por otro cultural.

Aprovechando el Cauce antiguo del Turia se ha diseñado una gran zona lúdica-educativa que, además de los edificios ya citados, posee el Palau o el Oceanográfic, todo obra de Calatrava que en su momento también proyectó un gran grupo de rascacielos en torno a las reformas que se estaban realizando para remozar la fachada litoral en torno a la Raider Cap.

Texto + Fotos: Vicente Camarasa

Para saber más:
http://seordelbiombo.blogspot.com

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