ed 08/2009 : caiman.de

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[art_2] España: ¡Vamos a la "Playa Negra"!
 
"Delante del hotel hay una playa 10 kilómetros de arena fina y blanca como la nieve..." - "...esas dunas, que llegan hasta el horizonte, son famosas por sus arenas luciendo por su blancura..." ¿Quién no conoce tales descripciones eufóricas? Aquellas que suelen aparecer en los anuncios y folletos de agencias de viaje y cadenas hoteleras, compitiendo en el uso de superlativos, para preconizar la finura y blancura reluciente de la arena, en la que los guiris llegados del norte, cansados por el trabajo, se dejan caer. Todo bonito, ¿pero por qué siempre blanca? Según nuestra opinión ¡ya es tiempo de acabar con ese "racismo playero"!

No tenemos nada en contra la belleza convencional de playas de arena blanca o dorada, pero también playas de arena negra tienen sus ventajas y encantos, mientras que los prejuicios contra ese tipo de playa no tienen fundamento y veces resultan ridículos.

Al ver una playa negra, muchos turistas más bien incultos suelen pensar que la arena es "sucia" - ¡qué imaginación más imbécil! Pues, arenas de la costa siempre tienen el color de la piedra o roca de la que fue formada hace cientos de años, y en caso de que se trate de una negra piedra volcánica, naturalmente la arena también será negra. Hay bellos ejemplos de esas playas negras de origen volcánico en las Islas Canarias, sobre todo en las occidentales (Tenerife, La Palma, El Hierro).

La arena negra en las playas del noroeste de Tenerife (Playa Jardín en Puerto de la Cruz, Playa de Benijo, Playa de Bollullos, Masca o Playa Paraíso - ¡sí!) es igualmente fina como arena blanca y al tocarla no se notan diferencias. Si cerramos los ojos y caminamos como ciegos por una playa blanca y otra negra, apenas sentiremos una diferencia al tocar la arena. Bueno, llevando a cabo esa comparación a mediodía o durante una tarde calurosa, iluminada de intensa luz solar, sí notaremos una diferencia dolorosa, al menos al caminar descalzos. Todos los que han llevado alguna vez una camiseta negra a la luz del sol durante una tarde calurosa de 30° grados o más, sabrán de lo que estoy hablando: el color negro atrae la luz solar como un imán mágico y por ello todas las cosas y ropas de color negro se calientan considerablemente (y mucho más que ropas de colores claros) expuestas al sol.

Así que zapatillas o sandalias son indispensables para pisar una playa negra durante una tarde soleada, sea en Tenerife o en otros paraísos turísticos.

De lo contrario, el camino hasta llegar a la primera ola será acompañado por vejigas o plantas de pies achicharradas, ya que al menos hasta comenzar la tarde, la arena negra se ha calentado de tal manera, parece que su temperatura ha llegado al punto de ebullición. Pero seamos sinceros: ¿no es que todas las cosas bellas de la vida estén acompañadas por un poquito de dolor? ¿Qué sería el amor más grande y romántico sin unos momentos de penitas de amor? ¡Un par de segundos de dolor y quemaduras en las plantas de los pies hacen nuestro amor de playas negras más intenso y más apasionado!

El estereotipo total del paraíso turístico à la Caribe consiste de un mar de color azul aturquesado, un barco pesquero en la bahía, una brisa tropical que hace mover las hojas de una palmera y una playa de arena blanca o dorada. Pero insistimos que el color de la arena no es para nada importante. Y hablando de visiones de ensueño: especialmente una playa negra garantiza  un contraste espectacular con la espuma blanca de las olas.

Y playas negras que engastan el brillante azul aturquesado de una bahía del mar ¿no lo realza más efectivamente - como un zafiro que luce místicamente desde la oscuridad?


¡"Black is beautiful!" no sólo vale para hombres, sino también para playas! Para terminar una recomendación para los turistas cultos los que incluso suelen leer un libro durante sus vacaciones: como la arena negra apenas refleja la luz solar cegadora - en comparación con arena blanca - la lectura cansa menos los ojos y resulta un placer mucho menos penoso...

Texto + Foto: Berthold Volberg

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