caiman.de 07/2005

[art_2] España: Jaén - la ciudad olvidada de Andalucía

Olivares - infinitos como el horizonte. Aceite de oliva en cada menú, aceitunas en cada plato, aceitunas de tantos diversos colores, tipos y sabores. A quien no le gustan las aceitunas, lo tendrá difícil en Jaén, la capital de provincia que está situada en el centro de la superficie más grande de olivicultura a nivel mundial.



Parece como si toda la Provincia de Jaén, donde 150 millones de olivos extienden su ramaje de verde argentado debajo del sol andaluz, fuera un homenaje a la aceituna. En todos los bares buenos de Jaén ofrecen tapas de aceitunas gratuitas con la copa de vino o la cerveza. En ningún otro lugar del mundo, esas pequeños frutos del olivo, tan sanos como ricos de calorías, serán tan sabrosos como aquí. Especialmente las aceitunas de la cercana Sierra de Mágina tienen fama bien merecida. Y en ningún lugar habrá tantas variedades de sabores: aliñadas en mil salsas distintas, algunas bien picantes, otras aliñadas en limón o en vinagre, al ajillo o suaves y con pimentón dulce. La comida en Jaén es muy buena en general y preparada con el mejor aceite de oliva.

Y la comida jiennense no tuvo la culpa de que a principios de los años noventa del siglo pasado en un análisis de la calidad de la vida en capitales de provincia de España, organizado por el diario EL PAIS, Jaén ocupó el último puesto. Provinciana, aislada y apartada de las vías de gran tráfico, pocas ofertas para pasar los ratos de ocio o hacer deporte, con un alto porcentaje de desempleo y la renta per cápita bien baja, éxodo de los jóvenes - aquéllos eran los criterios que pintaban la mala imagen de Jaén.

Pero entretanto mucho ha cambiado a mejor durante los últimos 15 años. Se crearon nuevos parques y zonas verdes, instalaron pistas de deporte y zonas de ocio, y el Ayuntamiento organiza anualmente un Festival de Jazz en noviembre y para los jóvenes el ya popular "Lagarto Rock", una serie de conciertos de Rock en junio, que se han establecido como nuevas atracciones en el calendario cultural.

No obstante, la mayoría de los turistas que visitan esta ciudad en medio del mar antiguo de olivares, no vendrá por esas atracciones recientes, sino para disfrutar de los monumentos históricos de épocas remotas.

Como yo y mi amiga Amparo - venimos sobre todo para visitar los edificios renacentistas de Jaén. Como siempre, la ruta de visitas tiene que empezar con el monumento más destacado y en Jaén - como en la mayoría de las ciudades españolas - se trata de la catedral, hiperdimensional en relación con el tamaño de la ciudad.


Es un templo renacentista monumental, ca. 90 metros de largo y de considerable anchura (unos 60 metros). El arquitecto Andrés de Vandelvira inició la construcción de esa inmensa catedral en el año 1548, y las obras tardaron en concluirse hasta comienzos del Siglo XVIII. Las mejores vistas de la catedral se ofrecen desde la colina del Castillo de Santa Catalina, desde allí se puede contemplarla como durante el aterrizaje de un avión. Por la parte de fuera, el complejo rectangular evoca una impresión de claridad y armonía clásicas.

El ritmo ordenado del renacimiento se rompe en la fachada principal, que se va poblando de esplendor barroco entre 1667 y 1684. Todas las esculturas y relieves de esa fachada son obras maestras de Pedro Roldán, uno de los más grandes imagineros de la Escuela Sevillana.

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Es la obra más importante que Roldán creó fuera de Sevilla, y a la vez es excepcional con respecto a la técnica: mientras que en Sevilla se dedicó casi exclusivamente a la creación de imágenes de madera policromada, aquí en la fachada catedralicia de Jaén trabajo como picapedrero. Entre las dos torres se encuentran nueve esculturas monumentales esculpidas por Roldán en la planta superior: los cuatro Evangelistas Mateo, Marcos, Lucas y Juan y los cuatro Padres de la Iglesia: San Ambrosio, San Agustín, San Jerónimo y San Gregorio.




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En el centro de la fachada, posando con la espada y el globo imperial, está el Santo Rey Fernando III., Reconquistador de Jaén y Sevilla. En la parte inferior, enmarcadas por columnas corintias, las estatuas que representan Santiago y el Arcángel Miguel atraen las miradas. Todas estas obras de Roldán se caracterizan por un enorme dinamismo, especialmente los relieves que muestran la Asunción de la Virgen y la escena dramática de la "Batalla de los Ángeles": San Miguel consigue vencer a Luzbel y los demonios los que están cayendo al abismo, mostrando caras de monstruos asustados.

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Después de contemplar esa fachada barroca con sus detalles logrados, los ángeles y monstruos, los santos y evangelistas que la convierten en un inmenso retablo al aire libre, entramos en la iglesia con tres naves de la misma altura. El interior de la catedral está dominada por columnas múltiples de orden corintio que sostienen las bóvedas. Impresionante la cúpula mayor que parece flotar en el aire allá en la altura. La catedral jiennense tiene en total 18 Capillas laterales. Después de verlas todas, nuestras favoritas son la Capilla de San Miguel, dominada por una gran pintura barroca de forma oval que representa el Arcángel San Miguel. Y la Capilla de San Fernando, donde recibe culto la imagen del Cristo más popular de Jaén.

Nuestro Padre Jesús Nazareno - así su nombre oficial - pero por toda la ciudad de Jaén se le llama con cierta falta de respeto que no es sino cariño: "El Abuelo". En honor del "Abuelo" se había fundado una de las cofradías más grandes de España que hoy tiene más de 7.000 hermanos y hermanas. Durante la Madrugá, la noche del Viernes Santo, casi cada habitante de Jaén tiene la misma cita: "que me voy con el Abuelo..." Acompañan el "Paso" de su Cristo más querido por las calles del casco antiguo.

Para concluir la visita de la catedral, es muy recomendable entrar en la Sala Capitular y en la Sacristía, también una creación genial del arquitecto renacentista Vandelvira. Ambas salas pertenecen a las más genuinas obras del Renacimiento puro en España. El Museo de la catedral también merece una visita, se pueden ver obras de orfebrería renacentista y barroca, objetos de oro, plata o alabastro. Entre las obras de imaginería destacan estatuas de Alonso Cano y Martínez Montañés y sus discípulos.

Quien ahora quiere ver más arte sagrado, tendrá dos opciones. La primera es seguir la Carrera de Jesús hacia el oeste hasta llegar al Convento de Santa Teresa. El edificio y el templo no son muy espectaculares, pero en su interior guardan uno de los mayores tesoros de la literatura religiosa mundial: uno de los manuscritos originales del famoso "Cántico" del gran místico San Juan de la Cruz.

La segunda opción es bajar la misma calle hacia el este para ir a la Iglesia de San Ildefonso. Se trata del mayor templo de Jaén después de la catedral y como en aquélla, domina el estilo renacentista. Es un templo de fachada principal majestuosa, con dos torres desiguales y columnas jónicas. Nos gusta aún más la fachada de la puerta lateral, de magnífico estilo plateresceo.


Muestra la escena en la que la Virgen María otorga la casulla a San Ildefonso. En el interior, esa iglesia incluso parece superar la catedral, sus retablos barrocos y dorados son espectaculares y la imaginería de calidad excepcional. Aquí recibe culto la Virgen de la Capilla, patrona de Jaén.

Después de tanto arte sacro y esplendor de oro es tiempo para un descanso. Amparo propone ir al Bar "El Abuelo" cuyas tapas fueron recomendadas por un amigo. Empezamos con unas copas de buen tinto de la región y una ración de Pipirrana. A pesar del nombre que no inspira mucha confianza, es una comida deliciosa, un tipo local de Salmorejo servido con huevos duros, pimiento picado y jamón. Luego pedimos la Morcilla - una ración bien abundante. Esa Morcilla frita tiene un sabor oriental, lleva muchas especias exóticas como canela. Los postres salimos a comprarlos en el Convento de las Bernardas. Las monjas de ese Convento de Clausura venden oscuras tentaciones: trufas de chocolate al Brandy. Esos bombones tienen un tamaño respetable y seguramente al menos 10.000 calorías por unidad - y provocan adicción inmediata.

Como en todas ciudades andaluzas, en Jaén se pueden descubrir muchas huellas de la época árabe. Estamos delante del Palacio de Villadompardo (1592). A la primera vista, un palacio renacentista sin elementos extraordinarios. Pero en el año 1913 se descubrieron debajo de ese palacio los mayores y mejor conservados Baños Árabes de toda España. Bajamos a las salas del Siglo XI., llenas de frescura y penumbra que sirvieron para el ocio en la Edad Media. Aunque tuvieron una función tan profana en su tiempo, ahora y en su estado vacío, esas salas casi evocan una atmósfera de lo sagrado. Están iluminadas por la luz del día que cae por boquetes en forma de estrellas. Algunas de las estrellas quedan oscuras - en esos sitios los muros del palacio construído más tarde están tapándolas. Las salas del Palacio albergan el "Museo Internacional de Arte Naif Manuel Moral". Ese Museo es el más grande de su tipo en España y ofrece al visitante una de las colecciones más grandes de arte naif a nivel mundial. Es ist extremadamente divertido, porque en ese Museo sí estará permitido reírse. La mayoría de las pinturas parece cómics, muy multicolores y muy llenas de comicidad (involuntaria). Un Museo ideal para todos los que no tomen el arte tanto en serio.

Volviendo al arte monumental, estamos ahora ante la iglesia más antigua de Jaén, La Magdalena. Su camapanario fue un antiguo alminar. Lamentablemente, está cerrada, así que bajamos por la calleja de Santa Úrsula para llegar al Hospital San Juan de Dios. Antiguamente un gran Convento con Hospital, hoy día, después de la secularización, se ha convertido en un en un centro de conferencias.


La sala de conferencias es única y muy especial: se trata del antiguo templo conventual y detrás de la tribuna se encuentra el Retablo Mayor y docenas de ángeles y santos miran a los participantes de conferencias que discuten abajo.

Al final de nuestra ruta por Jaén subimos al Castillo de Santa Catalina. Llegamos en hora buena para contemplar la puesta del sol. Vamos hasta la cruz que corona la colina del castillo en el extremo este, desde donde tenemos la mejor vista de la catedral., y esperamos hasta que caiga la noche. De repente, la catedral se ilumina de luz dorada. Como un cristal radiante, como un castillo encantado está allá en la profundidad de las tinieblas. Jaén, la ciudad olvidada de Andalucía, sí vale un viaje.

Texto + Fotos: Berthold Volberg

Recomendaciones:
Restaurantes y Bares de Tapas
El Abuelo
C. Las Bernardas 14
gran variedad de tapas típicas e innovadoras

Taberna El Gorrión
C. Arco del Consuelo
muy cerca de la catedral, en una casa del Siglo XVIII, sobre todo Tapas frías y buenos tinto de la región

Monumentos - Horarios
Catedral: Entrada libre, lunes - sábado 8.30 - 13.00 y 16.00 - 19.00 horas
Domingos y festivos: 9.00 - 13.00 y 17.00 - 19.00
Museo de la Catedral:
Entrada: 3 Euros, martes - sábado 10.30 - 13.00 und 17.00 - 19.00
(lunes cerrado)

Palacio de Villadompardo: Baños Árabes, Museo Internacional de Arte Naif
y Museo de Costumbres Populares:
Entrada libre para ciudadanos de la UE (D.N.I.)
martes - viernes 9.00 - 20.00
sábado + domingo 9.30 - 14.30
lunes cerrado

Museo Provincial
Entrada libre para ciudadanos de la UE (D.N.I.)
martes 14.30 - 20.30; miercoles - sábado 9.00 - 20.30
lunes + domingo cerrado