Justo al lado contrario y bajando unos pocos metros, nos podemos encontrar el monumento más antiguo de Madrid, la
Mayrit musulmana:
sus restos de muralla en torno a los cuales se ha creado el parque Mohamed III.
Justo enfrente suyo se levanta la
Catedral de la Almudena, a mi gusto, uno de los monumentos más horribles de la capital y que sólo merece la pena visitarlas para encontrarse con un magnífico
crucificado de Juan de Mesa (en el altar),
el arca de San Isidro con interesantes pinturas góticas o para darse cuenta de lo que no hay que hacer en arquitectura o pintura (“espectaculares” sus pinturas murales)
Otra cosa muy distinta es el
Palacio Real, maravilloso desde cualquier punto de vista y al que le dedicaremos próximamente un post individual.
Creado en el XVIII tras el incendio del Alcázar es una arquitectura del barroco cortesano muy apegada al Palacio de Louvre.
Su visita es recomendable para ver sus patios, aunque el interior es un tanto rococó. Existen también exposiciones temporales que se pueden consultar en su página web.
Durante un buen rato, la visión del Palacio nos acompañará en nuestra ruta, entrando en la
Plaza de Oriente (famosa en tiempos franquistas por sus adhesiones al régimen y ahora lugar turístico por excelencia). Con bellos jardines nos sorprenderán la multitud de esculturas. Son una parte de los reyes de Espña desde tiempos visigodos que en origen estaban pensados para adornar la balaustrada superior, aunque un sueño de la reina (Barbara de Braganza) hizo que nunca se pusieran en su lugar y ahora adornan partes de la ciudad.
En la plaza tampoco deberíamos perdernos la
magnífica estatua ecuestre de Felipe IV de la que ya hablamos aquí y también contamos sus curiosas leyendas.
Tampoco deberíamos olvidar la
iglesia de la Encarnación, con una magnífica portada barroca y un museo excepcional.
Seguiremos recorriendo la fachada del Palacio para encontrarnos con su
fachada norte. Bajo ella se encuentran unos
jardines históricos a la manera francesa verdaderamente bellos: los de Sabatini.
Justo enfrente se encuentra una arquitectura moderna de cierto mérito: la ampliación del Senado de Salvador Gayarre (1991).
Ahora nos acercamos a la
Plaza de España que tiene los primeros rascacielos de Madrid y que dejaremos para otro paseo, pues ahora nos interesa
coger la calle Ferranz para acercarnos al final de nuestro recorrido: el Parque del Oeste.
Lo primero que nos encontraremos de él será la
Montaña del Príncipe Pío, lugar trágico en la Historia de España.
Para los buscadores de lugares históricos éste es un sitio perfecto, pues
en él se desarrolló la escena de fusilamientos que luego inmortalizaría Goya (los famosos del tres de mayo). Siglo y medio después en él se encontraba el famoso
Cuartel de la Montaña en donde se produjo un famoso hecho de armas nada más comenzada nuestra Guerra Civil, como aún recuerda una escultura al efecto.
Por si fuera poco, su parte superior fue la elegida para instalar el
Templo de Debod, un verdadero templo egipcio donado por la ayuda arqueológica española para salvar los templos amenazados por la presa de Assuam. (Su interior es visitable de martes a domingo y
ya lo explicamos aquí).
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Y ya aquí lo que deseemos. Si nos apetece seguir andando sigamos el parque hasta el teleférico que nos puede llevar a la Casa de Campo o quedémosnos aquí para ver caer el sol en uno de los atardeceres más espléndidos que ofrece la ciudad. |
Texto + Fotos: Vicente Camarasa
Para saber más:
http://seordelbiombo.blogspot.com
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