[art_4] Argentina: Buenos Aires - Los curiosos "cicerones"

Un grupo de voluntarios de la ONG Cicerones acompaña gratis a los visitantes por sitios poco promocionados. Pero la Asociación de Guías de Turismo cuestiona la idoneidad de estos prestadores informales. Qué dice cada uno:

Con el propósito de dar a conocer los rincones menos explorados de Buenos Aires, la organización no gubernamental Cicerones se ofrece para asesorar a los visitantes extranjeros y del interior que llegan a la ciudad y acompañarlos a esos lugares menos promocionados. Todo ese servicio -sostienen - se brinda en forma gratuita.

Según señalan los 45 integrantes del grupo (en su mayoría, gente muy viajada), los motiva el deseo de interactuar e intercambiar experiencias, además de información, con representantes de otras culturas.

La entidad, creada hace quatro años, se especializa en ofrecer paseos por zonas no incluidas en los circuitos organizados. La iniciativa también tiene sus detractores y generó un debate. La Asociación de Guías de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires (AGUITBA) cuestiona la idoneidad de los cicerones y -en base a la ley 1264 de Guías de Turismo de la Ciudad, sancionada en febrero- reclama el cumplimiento de ciertos requisitos básicos para ejercer la actividad. Entre ellos, completar una carrera de Turismo, tener la habilitación por un instituto reconocido y contar con credencial oficial. En cambio, la Subsecretaría de Turismo de la Ciudad, se inclina por la política de reconocer un espacio a los prestadores informales, aunque con limitaciones: no los considera guías profesionales y les prohibe recomendar lugares de consumo puntuales a los visitantes.

Los cicerones dicen no pretender ser guías de turismo profesionales. Tampoco - afirman - se trata de un grupo de aventureros improvisados.

"Contamos con la doble ventaja de que todos dominamos, como mínimo, dos idiomas y de que - por tener profesionales, como arquitectos, ingenieros y sociólogos- podemos aportar conocimientos sobre temas específicos; pero, sobre todo, desde nuestra página web sugerimos a los viajeros: tiene un amigo en Buenos Aires", explica Joaquín Brenman, presidente y uno de los fundadores de Cicerones.


Del Colón a la Bombonera
El espectro de las demandas de los turistas y las opciones que les proponen sus anfitriones abarca los innumerables matices que caben a una gran ciudad. Todo sea por romper barreras y evitar que los visitantes se sientan fuera de escala: desde una gala de ópera en el Colón hasta un partido de River en el Monumental o de Boca en la Bombonera, un recital de Sandro o un viaje en colectivo hasta dar con un grupo de cartoneros en plena tarea nocturna.

Claudia Casabianca, licenciada en Administración de Empresas y Marketing e integrante de Cicerones desde hace un año, vuelve a desalentar cualquier esbozo de competencia con los profesionales en la materia: "Mi misión es dar a conocer nuestra verdadera cultura, sin maquillajes. Con nosotros, los visitantes pueden acceder a lugares no necesariamente turísticos.

Es más: preferimos y recomendamos que los puntos clásicos los recorran con profesionales. Lo nuestro no concibe horarios estrictos ni tiempo de duración. Puede estirarse de dos a seis o siete horas y dar pie a hermosas relaciones de amistad.

Eso es lo más rescatable". Desde su aparición, Cicerones suma unas 250 salidas, a razón de 20 paseos mensuales, con un promedio de casi tres personas por vez. De todas maneras, la convivencia con los profesionales del sector tiene sus contratiempos.

La Subsecretaría de Turismo del Gobierno porteño adopta una posición intermedia. "Enviamos a la Legislatura un correctivo de la norma, para que sean reconocidos los sujetos sin título terciario o universitario de Turismo, pero que acrediten experiencia en el tema o una actividad vinculada.

Es decir, proponemos ampliar los títulos académicos exigidos y mejorar el proyecto restrictivo presentado por la Asociación que nuclea a los guías profesionales", toma distancia la subsecretaria Marcela Cuesta.

En cuanto a las obligaciones a cumplir por los guías alternativos, la funcionaria remarca: "Por ley, durante y después de la visita tienen que abstenerse de recomendar lugares de consumo específicos. No queremos que actúen como direccionadores o los lleven compulsivamente".


La ciudad multifacética está a disposición para ser recorrida. Pero cuidado: a no pisarse.

Texto: Cristian Sirouyan
Fotos: Alexander May

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Alexander May
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Este artículo fue publicado en clarin.com