En su interior se reutilizan las tradicionales tribunas con balcones heredadas del XVII (para el uso de nobles), los
órdenes gigantes y dobles o las tradicionales
ménsulas paredas que Pedro de la Torre en San Andrés o el Padre Bautista en San Isidro había tomado de Miguel Ángel y habían convertido en un tema habitual en nuestro primer barroco.
Espectacular y novedosa es la forma de tratar el espacio. De una
planta de cruz griega, y por medio de unas profundas trompas se pasa a una cúpula oval que no se trasdosa al exterior.
Consigue así una
unificación del espacio que volverá a repetir en otras obras más maduras (San José) y que se ha puesto
en relación con la arquitectura centroeuropea más que en la castiza, mucho más compartimentada.
La ermita, que
sufrió graves daños durante la Guerra Civil, fua casi de nuevo levantada siguiendo los detallados planos que se conservaban del arquitecto y en la actualidad ha sido
integrada al macropoyecto Madrid Río.
Texto + Fotos: Vicente Camarasa
Para saber más:
http://seordelbiombo.blogspot.com
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