ed 08/2016 : caiman.de

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[art_4] España: La Costa del Sol – luces y sombras
 
Os invito a un rápido viaje por esta parte tan famosa de nuestra costa para que veais en la realidad algunos conceptos que ya hemos estudiado y otros que estudiaremos muy pronto. La Costa del Sol ocupa la zona de Málaga, al sureste de la Península y su particular relieve tiene que ver mucho con su fama.

Si recordáis, en la era terciaria (Movimiento alpino), los sedimentos marinos (calizas) se alzaron en esta zona, creando el gran sistema Bético. Grandísimas montañas se crearon entonces (como los montes de Málaga o la Serranía de Ronda o Grazalema). Gracias a ellos, la influencia marina de toda la costa no se ve afectada por el aire frío o las precipitaciones que proceden del norte.


Incluso estas navidades (con lluvias generalizadas) en esta zona se ha podido observar el típico fenómeno de cielos casi despejado en la costa mientras que en los montes diluviaba, como podéis ver en esta foto.

Por tanto, la Costa del Sol tiene este sol (y unas temperaturas bastantes suaves) gracias a su particular relieve, siendo uno de los factores principales del turismo que ha creado su prosperidad.

Pero la costa del Sol es algo más que Marbella. Tenemos una rica agricultura (sobre todo en las hoyas interiores) de cultivos semitropicales, desde huerta, cítricos e, incluso, plátanos, frutas tropicales gracias a sus temperaturas templadas y el agua que baja desde las montañas y que todavía hoy utiliza tecnologías islámicas.

Otra de sus fuentes de prosperidad es la pesca en esta zona tan rica en donde se unen las aguas del Mediterráneo con las del atlántico que entran por el Estrecho.


A todo esto el turismo que llegó a España en los años 60 terminó por configurar toda la zona. Sus ventajas fueron evidentes: puestos de trabajo (tanto en la construcción como en los servicios) y un espectacular incremento de la economía gracias a esos turistas del norte que venían buscando sol y calor, su gastronomía y un cierto exotismo.

Pero ese turismo trajo también inconvenientes. El primero de ellos, el terrible destrozo del paisaje natural. Estos montes, llenos de bosques mediterráneos, se llenaron de construcciones y el paisaje se fue degradando, apareciendo la maquia y garriga que vosotros conocéis.


Pero la cosa no quedó ahí, y una nueva forma de cultivo apareció: los campos de golf. Costa del Sol; costa de golf, es el lema turístico que ha llenado de césped un clima muy árido, con un enorme gasto de agua en una zona que no la tiene en abundancia. También aparecieron numerosas construcciones, a veces gigantescas, que superpoblaron el litoral, destrozaron sus valores paisajísticos y crearon una masificación sin precedentes.


Junto a estos problemas apareció otro quizás menos visible pero muy grave: la aculturación. En realidad ocurre en todas las zonas turísticas: las tradiciones, la cultura popular se va poco a poco perdiendo, convirtiéndose en un puro espectáculo turístico. Así aparecerán paellas en donde nunca las hubo, o falsos folklores (los toros para guiris, el flamenco que no tiene nada de auténtico) que les intentan dar a estos turistas el exotismo que vienen buscando. Así las cosas se convierten en un simulacro (algo que parece verdad, pero sólo eso, parece, pues ha perdido sus raíces, su autenticidad). Quizás lo podáis ver en estas dos imágenes. La primera corresponde a la arquitectura tradicional, la segunda es una urbanización moderna, sin ningún encanto.



Por cierto, y para terminar el catálogo de males de la zona, una pequeña observación: ¿por qué no vi ni una sola placa solar en la famosa Costa del Sol?

Texto + Fotos: Vicente Camarasa

Para saber más:
https://seordelbiombo.blogspot.de/

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