[art_4] Venezuela: Jokili tropical
Colonia Tovar - migración de carnaval y parque espectacular

Vamos por la Calle Hessen o por la Calle Bolívar, nos hospedamos en el Hotel Kaiserstuhl o en el Hotel Fondue, tomamos una cerveza Tovar oder un licor Kölsch (Kölsch es el nombre registrado para designar la cerveza típica de la ciudad alemana Colonia - Köln), almorzamos en el Restaurante Muhstall, en el Molino Rojo o mejor en la Bierstube (cervecería con ambiente familiar)? No se sabe. Ni se puede saber porque acabar de viajar por Venezuela ahora mismo nos encontramos en un pueblo modelo de la Selva Negra sólo a 54 kilómetros de Caracas, en la Colonia Tovar - una región con un toque de todo un espectáculo.


El primer presidente de la República de Venezuela, José Antonio Páez que se conoce en Alemania como el cuello del toro, promulgó en el año 1840 una ley para promover la migración y compensar la inmensa cantidad de los muertos del pais jóven causados por la guerra de independencia. El gobierno encomendó la realización de la migración sobre todo de europeos en este caso al geógrafo Augustín Codazzi que en esos dias vivió en Paris y estaba encargado de la elaboración de un atlas de Venezuela. Éste se dirijió a Alexander Benitz, procedente del Kaiserstuhl ("silla del emperador" / región al sur de Alemania, en la Selva Negra), el que preparó los grabados de cobre para el atlas. Su patria, el Kaiserstuhl, estaba sufriendo mucho por la gran hambruna europea; por ello, Benitz encontró 80 familias listas para emprender un nuevo sendero de esperanza. El financiamiento para los pasajes los concedió Codazzi.

El viaje de las 392 personas de la Selva Negra los llevó a Straßburg (Estrasburgo) y despúes a Le Havre, dónde subierón al barco en enero del año 1843. A Choroní, un pueblo costero de Venezuela central, llegarón en marzo. A bordo hizó estragos una epedemía de viruela, obligando a los migrantes quedarse otro mes a bordo en cuarentena. Al desembarcar tuvierón que desplazarse por un camino menoscabado, cruzaron una montaña, hoy dia conocida como Parque Nacional Henry Pittier, pasarón las cuidades Maracay y La Victoria y llegarón el día 8 de abril del año de 1843 a su destino final, un terreno de 15 kilómetros cuadrados con una altitud de 1800 metros, cubiertoS de monte de la selva neblina.


16 alemanes no sobrevivieron por las condiciones adversas durante el viaje. El resto de los alemanes no encontrarón el ambiente esperado y asegurado segun establecia el contrato: En vez de 80 casas solamente fueron construidas unas 20, no existi ninguna carretera hacia Caracas que quedara a unos 35 kilómetros en linea directa, sino sólo un trecho indirecto de 120 kilometros. Desde el primer dia de la llegada, sin relajarse tuvieron que trabajar a tres dias de la semana para Codazzi con el único propósito de pagar por el pasaje prestado. Para evitar la emigración de los colonos frustrados, Codazzi inició un documento en colaboración con la policía local, el cual sólo autorizó a los alemanes en posesión del documento a salir del terreno - sin documento podían ser detenidos.

No obstante, en 1845 el gobierno destituyó a Augustín Codazzi, quien sólo estaba interesado en su propio porvenir económico como administrador de la Colonia. Además, siete años despúes en el año 1852, el propetario del terreno Manuel de Tovar (1860/1861 presidente de Venezuela) regaló la Colonia Tovar a los alemanes. El certificado de la donación contuvo unas cláusulas para proteger la idiosincracia de los colonos alemanes y de la Colonia Tovar: Por ejemplo, estaba estipulado que para los proximos 120 años ningun venezolano tenia la potestad de comprar terreno en la Colonia Tovar.


Los colonos alemanes, así parece, superarón todas las dificuldades y contratiempos. Ya, un año despúes de su llegada en la Colonia Tovar habían costruido una iglesia, un colegio, un restaurante, una cervecería, una carnicería, dos molinos, una fabricación de ladrillos y 85 casas. En 1870, despúes de que la Colonia Tovar fue robada y quemada dos veces durante la guerra civil de los años 1866-1870, por iniciativa del alcalde Ruh, los habitantes de la Colonia Tovar dejarón de cultivar exclusívamente frutas y verduras y empezarón con la lucrativa plantación de café.

Hasta 1942 los colonos vivieron casi aislados y practicaron el alemannisch (un dialecto alemán) como único idoma entre los pobladores alemanes de la Colonia Tovar. Pero de repente, el gobierno en Caracas se interesó en el pueblo alemán y declaró el contenido del certificado de la donación de Manuel Tovar como resolución inválida: La propia administración de la Colonia fue abolida y la compra de terreno fue autorizada para todos. Y así de inmediato, los Caraqueños empezarón a construir casas para vacacionar en el idilio alemán.


Pero era otro decreto que aún afectó fatalmente en la vida cotidiana de los alemanes: Tenían que decretar de un dia para otro el sistema educativo venezuelano acompañado por la prohibición de practicar el alemannisch en el ámbito escolar. Si seguían practicándolo eran castigados tras recibir golpes en las manos. Como motivo de la prohibición, el gobierno venezolano declaró que el alemannisch, el idioma practicado en la Colonia Tovar, no era un dialecto alemán sino el feo y sucio patuá, una lengua criolla basada en el portugués. - El término patuá hasta hoy todavía es común entre los tovareros. Al preguntar en una peluquería por tovareros que todavía practicaban el alemán me contestaron que por supesto. Me refiero al patuá porque los alemanes de la Colonia practican el patuá.

En el año 1963 terminarón la construcción de la carretera de asfalto entre la Colonia Tovar y Caracas. Tras ser declarada como zona turística, la Colonia Tovar gozó del prestigo ante todo el pueblo venezolano como atracción exótica, zona de esparcimiento donde se respira aire fresco. Ese mismo día Tovar fue azotada por una avalancha de personas interesadas en la compra de terrenos, empresarios de construcción y negociantes de todo tipo. Parecía solamente una Cuestion de tiempo que el carácter alemán de la Colonia Tovar estuviera condenado en desaparecer o de integrarse al parque de espectáculos que ya había empezado a formarse. Los gritos de socorro que hacían eco por la patria lejana se quedaron sin la intervención de los oficiales, así que por ejemblo la escuela de información profesional nunca fue realizada.


Pero el intercambio privado y administrativo al nivel de los pueblos se intensificó y hasta hoy se siguen persiguiendo. El amor, los programas de intercambio y, por supesto, el ánimo de celebrar el carnaval relacionaba los pueblos del Kaiserstuhl y la colonia venezolana. El Jokili, símbolo tomando la figura de un arlequín, la figura especial del carnaval del pueblo Endingen (pueblo en el Kaiserstuhl, patria de Alexander Benitz) se vió por primera vez en la Colonia Tovar en 1967.

En 1976 los tovareros fundarón la Asociación Civil Arlequines Colonia Tovar y reglamentarón la animación alguna vez desbordada del Jokili tropical. Desde esos dias cada año participan las dos asociaciones en el carnaval de la otra - los tovareros en Endingen y los endinger en la Colonia Tovar. Por ejemplo en 2007, 25 Jokili de Venezuela se encontrarón en Endingen para celebrar el 225 aniversario de la primera aparición del Jokili documentado en Endingen.

Tambien, el maestro de la ceremonia del carnaval de la Colonia Tovar Muttach, deScendiente de una de las primeras familias, este año se fue para el otro lado del océano así que la ceremonia de sacar al Jokili del pozo tuvó que haberse celebrado por un suplente. Éste no tan acostumbrado al Alemán Coloniero lo acompañó una apuntadora graciosa que se transladó desde Endingen a la Colonia Tovar por cosas del amor hace 30 años.

La acentuación de las frases obligarorias de la ceremonia le costaron mucho al suplente quien aún tenía ayuda. Sin embargo, al final de la ceremonia pronunció con entusiasmo el Jokili kumm! (¡venga Jokili!). Y así el Jokili verdaderamente salió del pozo y además empezarón todos los tovareros que habían llegado al pozo a bailar despúes del Desfile de Camisas Blancas.



No tan lejos en la recepción estaba sentada Maria, la que hace 40 años llegó a la Colonia Tovar desde Schlesien para dirigir junto a su esposo el Hotel Freiburg (Friburgo) - lugar tradicional del despierto del Jokili. Nos explicó como abandonar la Colonia Tovar lo más rápido posible para huir de la invasión semanal de los turistas nacionales, la cual este viernes va a ser mucho mayor por el carnaval del Jokili que se convertía en una atracción turistica para los venezolanos.

Los fines de semana el eslogan de la industria turística respirar aire puro, fresco y limpio no tiene valor por la cantidad inmensa de coches pasando por el centro. A raiz Del turismo, La Colonia Tovar tiene mayor renta per cápita de toda Venezuela. Los primeros colonos del Kaiserstuhl y sus decendientes, cuyo idilio hizo de este sitio un parque de temas parecido al de Disneylandia, juegan la mayoría de la veces un papel importante en la fería permanente de turismo: La imagen de Alemania en el extranjero pertenece A dueños de restaurantes de pelo rubio y también A camareras rubias en Dirndl (traje típico del sur de Alemania). Parece que también no hay que preocuparse por el futuro de la cultura antigua. Profesores privados del Kaiserstuhl conservan el alemannisch, el Jokili se estableció como figura central del carnaval alemannisch-tovaro y desde el 2003 hay dos grupos de danzas típicas y colonieras (una infantíl y una para los adolescentes). Y exactamente aqui se mezclan las dos caras de la moneda: la de conservar la cultura y la del turismo de espectaculos. En la página web de los dos grupos bailadores SE EXPLICA EN dos sentidos el inicio de los dos grupos:

1. La conservación del baile como expresión de la antigua cultura alemana de la Colonia Tovar junta con la conservación de la música y del Dialecto Coloniero.

2. El apoyo de la indústria turistica, especialmente por mandar a los pequeños bailadores en trajes tradicionales representando los verdaderos embajadores culturales a cada actividad celebrada en cualquier parte de Venezuela, al igual que en televisión.


El dia despúes de despertar al Jokili estoy sentado en el bänkli delante del cuarto en las Cabañas Breidenbach y disfruto de la buena vista sobre el paisaje limpio de valles y montañas y las casas típicas. Para desayunar cruzo la calle, entro al Restaurante Bergland y me refuerzo con Hefezopf (pan semidulce típo alemán) con arepa. Al seguir la Calle Principa, pasando el Hähnchen Knackig (pollo asado) en el Aleman´s Broast, el cyber@BAUHAUS, la Panadería Herr Peter, el Restaurante Codazzi y la Lotería Das Glück (suerte) dejo la Selva Negra y A sólo 20 kilometros me encuentro otra vez en Venezuela.

Texto: Dirk Klaiber
Fotos: Sandra Mayer + Dirk Klaiber