[art_3] España: La Conquista española de Tenerife como Novela histórica:
"El Rey de Taoro" de Horst Uden

La novela histórica del alemán Horst Uden trata de una temática sorprendentemente desatendida - tanto por la historiografía como por la literatura amena: la conquista de Tenerife por los españoles. Mientras que las islas canarias más pequeñas (La Gomera, El Hierro, La Palma) fueron ocupados casi por un golpe de mano por los conquistadores, en Gran Canaria, y sobre todo en Tenerife, la isla mas grande del archipiélago, tuvo lugar una auténtica guerra que se prolongó más de media década. Al final, después de varias batallas, Alonso Fernández de Lugo, andaluz de Carmona quien ya había conquistado antes la isla de La Palma y establecido su residencia en Agaete (Gran Canaria), izó la bandera de Castilla en "Taoro".

Los guanches, la población autóctona de Tenerife, se caracterizaron por una enorme estatura y fuerzas hercúleas, pero con sus lanzas y porras poco pudieron hacer contra las armas de fuego y la artillería españolas. En su novela, Horst Uden se concentra en la descripción de los tres años decisivos, es decir 1493 - 1496, en los que acontecieron las tres batallas más importantes: la sorprendente derrota española en el barranco de Acentejo, la batalla de La Laguna (primera victoria de los españoles, y la victoria decisiva de 1496 - muy cerca del mismo barranco de Acentejo en un lugar que los castellanos luego bautizaron "La Victoria".

Al comenzar la lectura de la novela de Uden, el lector del Siglo XXI estará más o menos irritado, porque para la generación de videojuegos resulta difícil acostumbrarse al estilo literario del autor. Es que esta novela, ya escrita y publicada por primera vez en el año 1941, ahora se presenta con un lenguaje poético, algo anticuado, marcado de un tono solemne y patético. Al principio, este estilo ahora tan fuera de lo común podría dificultar la lectura para un público ya entrado en el Siglo XXI, pero a mí me gusta ese estilo poético. Además, empleando ese estilo, Uden se acerca también al lenguaje solemne que dominaba en la época a la que se refiere en su novela.


Comineza su narración con palabras metafóricas que describen el bello paisaje del Valle de La Orotava - un panorama que todavía impresionó profundamente a Humboldt cuando visitó Tenerife en el Siglo XIX.

El estilo particular del autor puede ser cuestión de gusto, pero cada crítico tendrá que admitir que Horst Uden ha investigado con diligencia las (relativamente pocas) fuentes históricas que documentan la conquista de Tenerife. Su novela, por ende, se orienta por los acontecimientos históricos y para todos los que quisieran llegar a saber algo sobre la historia de su patria o su destino de vacaciones (y sin leer aburridos libros de historia), esa narración cautivadora de Uden será una lectura ideal.

Aunque en su mayor parte escrita desde el punto de vista de los guanches vencidos y con bastante simpatía por la población autóctona de las Canarias, la descripción de Uden es menos parcial y subjetiva de lo que había temido al principio. Pues, no comete la falta usual de condenar generalmente a los conquistadores españoles, ya que también menciona los elementos negativos de la sociedad de los guanches, sobre todo la desunión y discordia entre sus príncipes - la causa principal de su rápido ocaso. Como en México (los tlaxcaltecas) y en el Perú, también en la isla de Tenerife, los conquistadores españoles consiguieron pactar con adversarios indígenas del soberano más poderoso - en este caso el Mencey Bencomo, "Rey de Taoro" - lo que contribuyó decisivamente a su victoria. Y como en México y Perú, la mayoría de los indígenas no murió por la violencia de la conquista, sino a causa de enfermededaes "importadas" por los conquistadores - en este caso la modorra.

Alonso Fernández de Lugo, el caudillo de los conquistadores de Tenerife, no es descrito tan ávido de poder y codicioso como Pizarro o Cortés en la historiografía. Y Horst Uden lo presenta con rasgos de caballería y escrúpulos morales, motivado también por un auténtico afán de misión cristiana. Cierta simpatía se muestra también en la caracterización de los llamado "Doce Inseparables". Sus debilidades y vicios como la gula y la embbriaguez se describen con tonos humorísticos y comprensión humana.

El autor no olvida referirse al papel tan importante de la religión en la época de la conquista: nos presenta tanto el antiguo santuario de los guanches, la cueva de Taganana con su "oráculo", como el nuevo santuario católico: la cueva de María Santísima, hoy el lugar de peregrinación de La Candelaria.

Resumiendo se puede decir que la novela extraordinaria de Horst Uden es casi una lectura obligatoria para cada habitante o visitante de Tenerife que se interesa por la historia de la Isla Canaria más grande. Los años decisivos de la conquista de la isla (1493 - 1496) son contados con tensión dramática y desde la perspectiva de los guanches vencidos. Y al final, Uden concluye su obra con una brece descripción de los resultados de la conquista. A corto plazo, parecía que al menos para la aristocracia de los guanches, los cambios no eran tan graves: los príncipes guanches seguían teniendo terrenos, había muchos matrimonios mixtos entre conquistadores españoles y princesas guanches. Pero un par de años más tarde, la propiedad de guanches fue confiscada en muchos casos bajo toto tipo de pretextos, p. ej. a causa de acusaciones por parte del Santo Oficio. Muchos indígenas de Tenerife murieron por enfermedades como la peste o la sífilis, otros fueron condenados a muerte por la Inquisición o vendidos en el mercado de esclavos en Sevilla donde por su fuerza y estatura fueron muy solicitados. También hubo guanches - como el mismo Mencey Bencomo que fueron llevados por media Europa, convertidos en una atracción de ferias, presentados ante un público que pagó para ver esosrubios gigantes musculosos.

Aunque la crítica de Uden que se refiere a la Inquisición y al "gobierno arbitrario" de los españoles parece demasiadamente generalizada, sigue siendo su mérito haber redescubierto el destino de los guanches, sacándolo de las nieblas del olvido y presentándolo en el "Rey de Taoro" ante un público interesado en la historia de Tenerife. Y es el mérito de la editora Verena Zech haber salvado este libro de Uden, publicado ya en 1941 por primera vez, del olvido, editándolo de nuevo en el Siglo XXI.

Texto: Berthold Volberg
Fotos: Zech Verlag

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